miércoles, 22 de febrero de 2012

Nacha Guevara



EL SECRETO MEJOR GUARDADO

Luego de un año difícil, la actriz encara una propuesta teatral muy personal, en la que revela ¿Cómo hace esta mujer?

(Entrevista publicada en La Nación, el 3 de enero de 2012.)

Por Pablo Gorlero


MAR DEL PLATA.- En pleno siglo XXI, algunas revistas hablan de "violación" como si fuera un placer femenino y una hazaña masculina. Enerva. Lejos de esa consigna de "mujer: carne en venta", anoche, Nacha Guevara irrumpió con un unipersonal que pretende reivindicar al género femenino. Esta propuesta diferente y difícil de clasificar que se acaba de estrenar en el Provincial responde a un título que se refiere a esa pregunta que muchos se hacen al ver a esta gran figura de la escena argentina: ¿Cómo hace esta mujer?

"No sé qué es. No se parece en nada a lo que he hecho", confiesa Nacha, en su casa de Los Troncos, envuelta de naturaleza. Ese lugar le ha permitido distenderse, preparar su nueva propuesta sin contaminación ambiental, con la posibilidad de abrazar este 2012 con las lágrimas ya secas de un 2011 que le dejó sabores agrios (murió su asistente de siempre y amigo, Roberto Infantino, y le tocó encarnar un papel muy difícil).

"Esto es lo más personal que he hecho en mi carrera. No interpreto a ningún personaje, sino que estoy ahí, en el escenario, como persona. Nadie podría hacer de mí, por lo menos, por ahora? Es muy difícil porque los actores estamos para hacer cosas que no nos atreveríamos a hacer jamás, ya que estamos protegidos por el personaje, eso te da impunidad -explica-. Cuando corrés esa máscara, quedás mucho más desnudo, expuesto, pero es lo que quiero hacer en este momento. He interpretado a tantas mujeres, tan diferentes una de otras, conozco mucho cómo funciona el alma de la mujer. Pero he hecho Eva y Tita muy seguido, y son personajes tremendos. De algún modo, me afectaron. Entonces tuve la necesidad de hacer algo que no tuviera ese compromiso emocional de estas mujeres. Y seguramente tenía la necesidad de mostrar a la persona detrás del personaje."


Nacha Guevara, en Tita (derecha) y en Eva (izquierda)

Todo surgió a partir de una charla con el productor Javier Faroni. El último tercio del musical Tita hacía sufrir mucho a la actriz cada noche, así que decidió hacer esta experiencia más personal, en la que contará sus secretos en un living, con un ventanal en el que habrá proyecciones y en el que cantará cinco canciones vinculadas a los temas que irá contando.

-¿De qué vas a hablar?

-Hay temas principales que lo sostienen. Uno es la relación con el mundo interior, la atracción que ejerce sobre nosotros el afuera y el bombardeo constante de información, de modelos de belleza, de bienestar, de cómo vivir, que te hace desconectar totalmente de quién sos en realidad. La relación que se entabla con el mundo interior es la más importante de la vida, porque determina cómo te relacionás con todo lo demás y es la única que vas a tener siempre. Después, la importancia de ser feliz, como el hecho primordial de la vida y el propósito de la existencia. Y otra cosa muy importante: cómo cambiar esas creencias que nos limitan y nos condicionan, como si fuera una prisión. También tiene cosas divertidas, como anécdotas de la relación de las mujeres con el pelo o la cantidad de cosas que tenemos que hacer para mantener esta carrocería. Además de las cirugías, por supuesto. Seguramente, vendrá la pregunta del millón: ¿cuántas cirugías me hice? Luego hablaremos de los sueños. No hay nada de lo que estamos viendo aquí que no nazca de un deseo. Cómo aprender a confiar en eso, a confiar que somos cocreadores con el universo de lo que está pasando. Una gotita del océano contiene dentro de sí misma todas las propiedades del océano entero. Es asombroso.

-¿Estás preparada para las preguntas que te pueda hacer el público?

-Está programado que el principio de la segunda parte sean solamente preguntas. Eso va a ser muy interesante porque ahí es donde aparecen muchas cosas nuevas. Es como tirar semillas o como abrir ventanas. Porque no soy quién como para decirle a nadie cómo vivir su vida. No creo en ninguna disciplina, ni religión, ni secta, ni escuela filosófica que te diga cómo tenés que vivir tu vida. Es algo que cada uno tiene que descubrir solo. Esto tiene cosas autobiográficas, sobre todo de mi infancia, porque esa etapa de la vida determina muchas cosas. Cómo elijas vivir lo que te tocó vivir en la infancia es lo que te hace quién sos, no lo que te pasó.

-La gente, casi en forma permanente, tiene mucha curiosidad en vos. Sobre todo con el tema de la edad.

-¡Sí, muchísimo!

-¿Por eso revelaste tu edad en el programa de Susana Giménez?

-Sí, claro. Hay una obsesión con la edad. Acá de entrada lo aclaro, así se puede seguir con otras cosas.

-¿Te molestaba esa obsesión?

-Cuando sólo se ponía el acento en eso sí. Porque uno es mucho más que su edad. Y hay una edad cronológica, una edad biológica, una edad mental y una edad emocional. Un promedio de todas te dará lo que sos. Pero claro ningún cirujano va a hacer el milagro de darte una mente de pensamientos jóvenes. Ese es tu trabajo.

-¿Y vos cuándo empezaste con ese trabajo?

-Hace 30 años, a los 40, en Puerto Rico. Siempre fui vegetariana y allí no encontraba dónde comer más que pan y queso. Finalmente di con un pequeño restaurante y ahí conocí a mis primeras maestras espirituales. Primero me resistí muchísimo, era cínica, escéptica, muy porteña. Luego fui a una conferencia, de la que también me burlé, aunque algo de eso me rebotó en algún lado. Y tiene que ver con cómo funcionan los hemisferios cerebrales en las personas que hacen silencio y meditan, con respecto a aquellas que no lo hacen. Entran en coherencia, y cuando eso ocurre, hay una sensación de felicidad. Luego de mi gran resistencia, no paré de instruirme. Hice muchos cursos, técnicas avanzadas, medicina metabólica específica para ser tu propio médico, el curso del guerrero espiritual, el de la ley de atracción, el poder de las emociones, las técnicas subliminales, y además me hice instructora de meditación con Deepak Chopra. Soy parte de su team de transformación y su amiga personal.

-¿Qué cosas te enojan mucho?

-Soy muy impaciente con lo cotidiano y muy paciente para el largo propósito. Entonces, lo que me hace enojar es ser impaciente. Me enoja mucho cuando las personas ofrecen resistencia a entregarse a un trabajo, a aprender, al compromiso o a hacer las cosas lo mejor que se puede. Cuando armo un grupo de trabajo para cumplir con un objetivo, con un sueño y encuentro resistencia, me enfurece.

-A veces, te tienen un miedo bárbaro los que van a trabajar con vos.

-Es problema de ellos, no mío. Todo lo que yo sienta es mi responsabilidad, no es el otro, sino yo, es mi propia batalla.

-¿Qué balance hacés de Tita ?

-Fui muy feliz cuando la terminé de hacer. Fue una energía difícil de llegar. Pasaron muchas cosas tristes, personales, esta temporada. Todo eso junto, con ese personaje se me hizo muy difícil. Cuando terminé, me sentí muy liberada, aliviada. Tita tiene una energía muy densa, y a lo mejor no quería que la tocáramos. Eso no lo podemos saber. Y Tita no es Eva, que tuvo una vida meteórica, única como Cleopatra, que le da al actor una distancia. A Tita le pasaron cosas que les pasan a los humanos. Era mucho más cercana. Eso me afectó. Pero le estoy a agradecida porque tenía que llegar ahí para darme cuenta de que quería hacer algo diferente. El problema de Tita es que nunca fue feliz. A partir de eso, valoricé mucho la importancia del ser feliz. Yo no quiero ser así, no quiero sufrir todo el tiempo. Quiero hacer algo que me haga feliz en el escenario.

UN CICLO DE TV QUE LA MARCO

"El programa Me gusta ser mujer, de algún modo, fue la semilla de todo. Hace 18 años de esto y se hizo muy temprano, por eso fue muy vapuleado. Si hay cielo y me dejan entrar va a ser por ese programa. Durante tres años, salvamos muchas vidas de los tres reinos: humano, vegetal y animal. Se plantaron miles de árboles, se salvaron miles de animales y hubo niños que estaban destinados a no nacer y nacieron. No porque yo recomendara no hacer un aborto, sino por lo que el programa provocaba."

"LA POLÍTICA NO ES MI LUGAR"

Hace dos años, Nacha Guevara renunció antes de asumir al cargo de diputada nacional por el Frente para la Victoria, por el que fue electa. "Uh? No es para mí, no yo soy para la política", exclama ante ese recuerdo.

-¿Qué te hizo renunciar?

-Unas cuantas cosas. Primero ver que mis proyectos no iban a ser posibles porque a los políticos no les interesaban. En segundo lugar, veinte días antes de mi decisión de renuncia, todavía no tenía un despacho dónde trabajar, porque los despachos se heredan. No es así la vida para mí. Y después, en esa búsqueda de que me dieran un lugarcito para trabajar, fui a ver a Patricia Vaca Narvaja, que me dijo una frase que sería determinante: "Este no es un lugar para librepensadores". Y yo le dije que los librepensadores también tienen que estar representados. "Sí, pero éste no es el lugar", me respondió. Y yo me levanté y me fui. "Esto no va a poder ser", dije. La suma de esas tres cosas me hizo tomar la decisión. Entonces, fui y les dije que ellos no necesitan a una persona como yo, y mucho menos en ese Congreso que tenían. Ellos necesitan guerreros y esa guerra no me interesa.

-Estabas en el lugar incorrecto?

-Sí. Los personajes, a veces, te hacen actuar en la vida. Yo venía de hacer el musical Eva y cuando el trabajo del actor es verdadero es muy delicado. El actor trabaja en lugares muy sutiles de la emoción y de la conciencia, y esas energías te hacen actuar. Algo en Eva se me coló, que me hizo pensar que yo podría hacer cosas en el terreno político. Pero estoy muy contenta de cómo lo manejé y de cómo no negocié cosas que no me interesa negociar: la libertad.

-¿Qué opinás de nuestra Presidenta?

-Está en el lugar que tiene que estar, bancada por el 54 por ciento. Me preocupa una cosa: el poder, porque es la prueba más grande, más compleja y más difícil de un ser humano. Les tengo miedo al entorno, a los aduladores. Yo detesto a los aduladores porque te hacen perder mucho terreno, mucha realidad. Ella es una mujer muy capaz, inteligente y trabajadora. Ha demostrado ser muy fuerte en todas estas cosas que le han pasado y que le están pasando. Yo le diría con todo cariño y respeto: «Tené cuidado de los aduladores porque lo arruinan todo». Viene de un etapa con muchos acontecimientos fuertes, conmovedores, que a lo mejor a una persona le pasan en diez años de vida. A ella le pasaron en uno solo. Entonces hay que estar ahí y hay que ser el presidente de la Argentina, que no es cualquier país.

-¿Hablaste con ella cuando renunciaste a tu banca?

-Sí, claro. Le dije que no sirvo para esto y lo entendió perfectamente. Tuvimos una conversación muy privada y nos despedimos con un gran abrazo. Tengo muy buena relación con ella y mucho afecto. Yo nomás pasé por los pasillitos de más abajo y no lo pude aguantar, así que hay que estar ahí adonde está ella. Es muy fuerte..


Nacha, en el estreno de Eva, con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Karina Rabollini, el gobernador Daniel Scioli y Alberto Favero

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