domingo, 27 de diciembre de 2009

Elena Roger



Columna escrita para el diario El País, de España, sobre Elena Roger*, en un anuario de personalidades destacadas.

La Reina del musical

Elena Roger: cantante y actriz argentina que interpretó a Eva Perón, ha ganado el Premio Olivier a la mejor actriz en obra musical por su papel en Piaf

Por Pablo Gorlero

La experiencia de ver Piaf significa estremecerse, vibrar, emocionarse y salir con esos sacudones al pecho, al alma, que sólo consigue un hecho teatral sublime. Ésa es la respuesta a las largas colas de gente, desde muy temprano, para sacar sus boletos. La obra de Pam Gems es interesante, y el montaje de Jamie Lloyd es excelente, pero después de verla, uno no puede imaginársela sin Elena Roger. Su talento es inversamente proporcional a su tamaño: inmenso. No sólo encarna –en el sentido más literal de la palabra– a esta figura internacional tan frágil y fuerte al mismo tiempo, sino que la ama. Y sólo logrando ese vínculo es cuando –como en este caso– el artista, en dos horas, logra transitar por tres décadas de su vida. Circulando por sus virtudes y miserias y plasmando el deterioro del personaje en cuerpo y voz. Pero Piaf, como Elena, pueden conseguir que el espectador se sienta evanescer de placer al escuchar "Non, je ne regrette rien".
Ya lo demostró discretamente tanto en sus breves participaciones en Nine o El violinista en el tejado como en sus coprotagónicos de Fiebre de sábado por la noche, Los miserables y Jazz, swing, tap, y en su primer protagónico argentino, Mina… che cosa sei? Elena sabe perfectamente qué canta y qué baila, y por qué las emociones de sus personajes le llevan a esa necesidad extrema de expresarse musicalmente. Y además de eso, no se cree diva, es buena gente. Por eso se la adora.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

CANELO: Un ejemplo de amor y fidelidad


Mónica Merentino me mandó esta información tan linda sobre Canelo. La transcribo.

Un homenaje a Canelo

Ciudad de Cádiz, España. La más vieja ciudad del Occidente Europeo. Fundada por los fenicios hace más de 3000 años. Allí se encuentra el Hospital Puerta del Mar, hospital de la Seguridad Social, conocido popularmente como “La Residencia” .
En la puerta de La Residencia vivió 12 años un perro, Canelo. ¿Qué hacía allí?. Esperaba a su dueño, un gaditano, que doce años atrás (desde que el perro esta allí) acudía al centro sanitario a practicarse la Diálisis a diario, y en la puerta del hospital lo dejaba y le decía a su fiel compañero: “Espérame aquí, amigo mío”.
Cuando su enfermedad le obligó a ser ingresado en dicho centro, Canelo lo esperó en la puerta, pero el dueño no salió nunca del centro pues falleció. Desde entonces, Canelo se convirtió en la encarnación de la fidelidad canina, pues esperó durante doce años la salida de su amo. El caso de Canelo tuvo revuelo internacional ya que apareció en muchos periódicos y reportajes, incluso la BBC.
Allí, en esa puerta, acabó sus días nuestro héroe. El fiel Canelo se quedó en la puerta y no hubo forma humana de moverlo de allí. Mirando fijamente a todas las personas que salían esperando ver a su compañero, a su amigo, pero en vano, así durante 12 años, escribiendo la historia de amor, de amistad, de las más bonitas que se conocen entre un animal y un ser humano. No volvió a oír más sus palabras, no volvió a sentir nunca más sus caricias. Pero en su memoria quedó para siempre el: “Espérame aquí, compañero”. Y allí permaneció fiel, sin desmayo durante 12 largos años, solitario, abandonado, esperando que se produjera un milagro y volviera su “amigo”.
Un día, se recibió en la perrera municipal una denuncia de un ciudadano sobre un perro abandonado en la puerta de un centro sanitario y del peligro que suponía para la salud pública. El perro fue cazado y llevado a la perrera, antesala de la muerte canina. Entonces se movilizaron los trabajadores de La Residencia, los amantes de los animales y medio Cádiz encabezados por AGADEN (Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza) en defensa de la vida y la libertad de Canelo y consiguieron el indulto de Canelo ya que el teniente de Alcalde de Sanidad del Ayuntamiento de Cádiz firmó un decreto perdonándole la vida.
Probablemente sea el primer caso de indulto de un perro vagabundo conseguido por la presión popular. AGADEN lo adoptó, lo vacunó y le arregló los papeles para que dejara de ser un perro vagabundo, un indocumentado y aunque se le buscaron varias familias que lo acogieron, Canelo siempre escapaba una y otra vez y volvía a su lugar de espera, sin desmayo, vigilando día y noche la puerta del Hospital en espera de su amo y amigo.
La gente lo cuidó y le dio de comer como si Canelo fuera suyo durante 12 años. Este perro no fue un perro sin amo, fue el perro de todo Cádiz que lo quiso y lo cuidó como algo propio. Televisiones de varios países pasaron por Cádiz a contar la historia de este singular perro. De los Estados Unidos llegó una caseta de perro como donación para que fuera el hogar de Canelo pero las ordenanzas prohibían su instalación a la puerta del Hospital por lo que siguió siendo un “sin techo”.
El 9 de diciembre de 2002, el fiel Canelo dejó de esperar. Fue atropellado por un auto que se dio a la fuga.
Unos dos años después, por iniciativa de AGADEN, con el visto bueno del Ayuntamiento, la asociación protectora de animales y las federaciones de vecinos 5 de Abril y Cadice, se decidió darle su nombre a una calle peatonal que el animal frecuentaba. En el mismo callejón se colocó una placa de bronce con el torso en relieve del animal conmemorativa de este acto de fraternidad, fidelidad y amor entre hombre y animal.
¿Hasta donde puede llegar la fidelidad y la inspiración humana?... Simplemente hasta donde cada uno de nosotros queramos.
A continuación, os pongo un vídeo, el perro que sale en las imagenes es "Canelo", ojo con las personas sensibles.



HAY MÁS INFORMACIÓN SOBRE CANELO EN ESTE BLOG, MERECE LA PENA VISITARLO
http://jardinauta.blogspot.com/

domingo, 20 de diciembre de 2009

De programas y acomodadores

La cortesía se ha perdido en algunos teatros. Siempre es grato ser recibido con amabilidad cuando uno asiste a un espectáculo. Eso ocurre siempre en salas como El Nacional, el Astral, el Lola Membrives y el Liceo, por ejemplo. Boleteros pacientes y acomodadores amables. Pero últimamente esa cortesía se ha perdido en algunas de las grandes salas, como es el caso del Avenida, el Gran Rex o el Opera. Los acomodadores no sólo parece que estuvieran reagrupando ganado, a espera del valor de la propina, sino que a menudo se niegan a entregar programas de mano, elemento esencial para el espectador. En cada uno de esos teatros mencionados, quien esto escribe recibió la misma respuesta: "Se entrega uno cada dos personas, no alcanzan para todos". ¿Desde cuándo? Cada persona del público tiene derecho a tener su programa de mano. Lo hacen las salas más chicas, es hora de que las más grandes también sigan el ejemplo. En cuanto a modales, las acomodadoras de La Trastienda se llevaron esa materia a marzo.

Peligro: celulares y pochoclo

Teatros: Apaguen los celulares... dejen de masticar

Por Pablo Gorlero

Hay un silencio abismal. Sollozos y llanto contenido en escena. Como cortina inoportuna, de pronto, suena no tan lejana "La vida es un carnaval". Es el celular de un espectador desubicado, que logra que los actores y toda una platea tengan que hacer esfuerzos supremos por no desconcentrarse. Esta escena se repite en los teatros de Buenos Aires, aunque siempre antes de comenzar la función alguien pida que se apaguen los celulares y todo chirimbolo electrónico que pueda hacer ruido. No obstante, siempre está aquel que lo enciende para ver algún mensajito de texto o para fijarse la hora si está aburrido. Por supuesto, en el momento de mayor oscuridad de la propuesta.
El colmo: en plena función intimista, en el teatro Anfitrión, sonó un celular y el espectador lo atendió. Lo peor de lo peor es que era periodista. Son muchas las anécdotas de actores que han interrumpido la función para pedir respeto.
A estos espectadores molestos se les sumó una nueva raza: la de las termitas. Hace algo más de una década hubo una gran polémica en Broadway en torno a la venta de comestibles y bebidas en algunos teatros. Esa modalidad se trasladó a varias salas del West End londinense y también generó repudio en muchos ámbitos que se quejaban de los ruidos molestos que generaba este tipo de consumo en plena función. Quien esto escribe conoce a muchas personas que detestan concurrir a cines donde se corre el riesgo de tener a un ávido masticador de pochoclos al lado, con un "crunchi crunchi" infernal.
Y como era previsible, el consumo dentro de las salas llegó a Buenos Aires. Hoy en día es bastante común escuchar, en plena función, el último sorbo con pajita en un vaso de plástico, el chistido que produce el abrir una lata de gaseosa, esa molesta sensación de que el consumidor de pochoclo y maní parece pretender encontrar una joya perdida en el fondo de la bolsa. En el Metropolitan, a un espectador hasta se le volcó la gaseosa en plena función. Las clásicas señoras que pelan caramelos a coro quedaron en el olvido en comparación con estas situaciones que atentan contra el resultado artístico y modifican al público.
Por fortuna no son todos los teatros. Pero los suficientes como para tener que rogar que a uno no le toque un tragaldabas al lado.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El reality del gran circo y La Nouba


La Nouba (fotos Cirque du Soleil)

La carpa del Cirque du Soleil en Walt Disney World (izq.) y el contingente de periodistas latinoamericanos invitado (der.) (Fotos: P. Gorlero)

Por Pablo Gorlero


ORLANDO.- La impactante y diáfana carpa con capacidad para 1.671 espectadores queda reducida a un marco ínfimo ante la fantasía que contiene. No hay animales. "Sólo" un ejército de artistas: payasos de esos que ya casi no existen; una señora gorda pintarrajeada que sueña e inunda la pista de mensajes oníricos; acróbatas que saltan y caminan por las paredes; bicicletas que circulan por alambres -pero al revés-; ventanas que vuelan como pájaros y descubren trapecistas de rostros blancos; trenes mecánicos; escenografías transformables y seres de personalidades únicas. Es como entrar en un mundo inimaginable, de colores que son sinónimos de magia. Es La Nouba, uno de los tantos espectáculos que el Cirque du Soleil hace destellar en diferentes ciudades del mundo.


Allí, en el corazón del Downtown Disney, la señal de cable People+Arts presentó a América latina su innovadora serie documental Cirque du Soleil: la llama interna, ganadora de un Emmy.
El director del programa, Lewis Cohen, y el productor Martin Bolduc, acompañaron un recorrido por la trastienda del show, a través de sus talleres, su gimnasio y sus oficinas, con un entusiasmo que los desbordaba. "Es increíble presenciar el nacimiento de cada uno de estos números. Te involucrás irremediablemente, no sólo con las habilidades sino también con las sensaciones de cada integrante, sus miedos y su entusiasmo. La realización de cada número lleva muchos meses de ensayos y pruebas y es una experiencia alucinante", confiesa Cohen, nativo de Montreal -una ciudad netamente cultural-, como su compañero. Durante cuatro meses, observó con sus cámaras la vida de siete aspirantes al elenco de Varekai, el espectáculo que la compañía estrenó hace unos años en Toronto.
Galafilm, la productora canadiense que gestó el proyecto, tiene experiencia en el género tras haber realizado Ecole de Danse, un ciclo emergente que explora la vida de los aspirantes de la escuela de danzas de Montreal, y Niagara Falls, sobre quienes viven y trabajan en las cataratas de América del Norte. "El aspecto humano de cada personaje es el eje argumental de este «docu-reality», un formato ideal que deja a un lado las características sensacionalistas de los realitys para adoptar sentidos mucho más profundos e interesantes, como es el arte desde la perspectiva de una persona que lo vive", explica Bolduc. La lente hace foco en los aspirantes de distintos puntos del planeta que llegan a la sede central de la compañía en Toronto. Allí entrenan, extrañan, anhelan y viven jóvenes de distintos puntos del planeta, como Gareth, un gimnasta británico de 21 años que llegó para cumplir su sueño, pero dejó lejos a su madre enferma; su compañero Ashley; Stella, una ex integrante del equipo olímpico canadiense; Raquel, una gimnasta brasileña que extraña a su novio; los gemelos Kevin y Andrew, tan vistosos y confiados como ambiciosos; Oleg, un experimentado acróbata ruso; y Adrian, un cantante transilvano de 43 años, entre otros. "La elección de los protagonistas no fue fácil, porque habían ingresado en el show aproximadamente 50 nuevos artistas, que se sumaron a las 1.100 personas que trabajan en la sede central de Montreal. Tuvimos que hablar con todos ellos para que se acostumbraran a tener personas filmando todo el tiempo. Realizamos una búsqueda que demandó muchas horas de entrevistas. Tomamos en cuenta no sólo sus atractivos artísticos y físicos, sino también sus historias de vida, su modo de entrenamiento y sus relaciones personales. De todos modos, respetamos sus momentos y un «no» de ellos significaba «no». Aunque eso sólo ocurrió dos o tres veces", explica Cohen, quien creó un fuerte lazo afectivo con el muchacho inglés que dejó en su patria a su madre con cáncer. "A su vez, era necesario hacer una investigación detallada de sus vidas para que cada historia fuera absolutamente real, para que diera lugar a que algún personaje menor pudiera convertirse en protagonista y viceversa, como ocurrió con el coach ruso de Gareth. Es un desafío trabajar sin libreto y sin conocer el final", agrega Bolduc.
La genialidad del programa reside en que no sólo refleja fielmente la increíble magia de los espectáculos del Cirque du Soleil -que está pronto a cumplir 20 años- y su proceso creativo, sino también el sentir y las ansias propias de todo artista, con sus egos y debilidades. Al tiempo que transcurren las historias personales, se muestra la evolución del nuevo espectáculo. "Fue una experiencia única porque el programa es único. Pude experimentar con nuevas ideas visuales, observar a esta compañía sorprendente y espiar su proceso de creación. Cada episodio es una película en sí mismo. Tiene un comienzo, un nudo y un final", explica Cohen, quien a su vez, realizó una película sobre Zumanity, el espectáculo más sensual y erótico de la compañía que, actualmente, se representa en un hotel-casino de Las Vegas.
Guy Laliberté (Foto: Cirque du Soleil)
El dueño del circo
Uno de los personajes más atractivos del programa es Guy Laliberté, el creador del Cirque du Soleil. Compenetrado con su rol de "leyenda" del arte circense y creador de este concepto artístico multidisciplinario, Laliberté se deja ver en aquellos capítulos en los que tiene que aprobar o bajarle el pulgar a algún número artístico. La idea del show es suya y muchos números que parecen grandiosos al ojo del espectador no superan su ojo crítico, obstinado en no traicionar su perspectiva inicial. Pero su temida rectitud no tuvo injerencia en la realización de La llama interna. Tanto Cohen como Bolduc afirman que el fundador les brindó "su apellido" para trabajar con total comodidad. "Tuvimos charlas previas a la grabación y allí nos hizo sugerencias, pero nunca se metió con la realización, ni tampoco nos exigió que hiciéramos algo en particular. Una sola vez nos pidió que no filmáramos: cuando le llamaba la atención a alguien", confiesa Cohen.
Laliberté, un canadiense de 44 años, es acordeonista, zancudo, tragafuegos y, fundamentalmente, poseedor de un agudo sentido artístico y empresarial. A principios de los años 80 reunió a otros artistas callejeros de Quebec y formó su primer compañía. Enseguida, en 1984, fundó su famoso Cirque du Soleil, en una carpa para 800 personas. A partir de ahí, el éxito fue imparable: 13 espectáculos (entre ellos: Fascination, Saltimbanco, Mystere, Quidam, O, Alegría, La Nouba, Dralion y Love) presentados en más de 120 ciudades de todo el mundo.




En La Nouba
Rokardy (Carlos Rodríguez), un cubano que desarrolla un espectacular número de balance sobre sillas en La Nouba, tiene casi veinte años de carrera y compara a los demás circos con éste: "En cada país que pisa el Cirque du Soleil existe un antes y un después en el género. Lo viví en España y sé que ocurrió lo mismo en México. Además, tienes muchos más beneficios, como seguro social, o, incluso, estamos mejor pagos". A su vez, el actor y acróbata brasileño Carlos Marcio Moreira afirma que "éste es muy diferente del circo tradicional porque aporta otra visión, mucho más amplia. Además de ser, obviamente, mucho más grande, es mucho más emotivo".

La Nouba es un espectáculo que golpea fuerte a los sentidos. Y el final de esta creación del Cirque du Soleil y de Walt Disney World no es un final. Porque irremediablemente uno se queda prendado no sólo de las proezas y habilidades de sus artistas sino también del impacto visual que provoca a través de esa fantasía que conduce a los sentimientos y a las emociones por laberintos de regocijo. Recordar el show y su realización pone la piel de gallina. Una vez más, la tevé se puso al servicio del arte con 13 capítulos fascinantes, a través de People + Arts.



Backstage de La Nouba


jueves, 3 de diciembre de 2009

Entrevista a Carozo y Narizota

En 2003, con José Luis Telecher compartimos el proyecto de un programa de televisión que no salió al aire. Ojalá algún día pueda darse porque es uno de los tipos más talentosos en materia de televisión infantil que hay en el país. No sólo por haber creado a Carozo y Narizota, sino por el mensaje que transmitía aquella "Granja de Carozo y Narizota" y la excelencia con la que mueve y crea él mismo a sus títeres y marionetas. También creador del irreverente Pepe Pompín. En 2002, para un reportaje a La Nación Tevé, Telecher puso frente a mí a sus dos hijos más queridos, Carozo y Narizota, para una entrevista en la que terminamos emocionados los cuatro.


Momento de tomar la leche con Carozo y Narizota


Por Pablo Gorlero


¿Todo tiempo pasado fue mejor? Siempre da la sensación de que así es. Sobre todo cuando la mirada apunta a una infancia de clase media, donde el descubrimiento y el conocimiento tienen una avidez difìcil de recuperar. Para aquellos que fuimos creciendo a fines de los años 60 y durante los 70, con una adolescencia que ya pisaba los 80, las lecturas de libros y revistas se mezclaban con la inocencia de los programas de televisión del momento. Y en aquel entonces, la tele infantil acompañaba. Eran aquellas épocas en las que distintos personajes acariciaban el crecimiento de muchos padres de hoy y hacían especial el momento de la merienda, el tiempo del café con leche.

Dos muñecos con mucha más vida y carisma que algunos artistas y animadores se hicieron famosos por sus diabluras televisivas y el café con leche que tomaban, en vivo y en directo, con los chicos en sus casas. Eran Carozo y Narizota, que primero aparecieron como "artistas invitados" en el programa de Pipo Pescador y Las Trillizas de Oro, y luego, durante muchas temporadas, tuvieron su propio espacio. Hace quince años reaparecieron en Crónica TV, en otro rol, como presentadores invitados. En 2002, el canal de cable Uniseries también los tuvo como estrellas del concurso "El sueño del pibe. Aquellos adultos que no tuvieron la posibilidad de tomar la leche con ellos en sus infancias, tuvieron su chance en esa oportunidad. Hoy en día siguen en Crónica TV, anunciando las noticias "livianas" de la tarde.
El "papá" de Carozo y Narizota es José Luis Telecher, asistido por su hermana Patricia. Fue quien se emocionó y sentó a ambas estrellas de pelo en pecho frente a este cronista para saber qué piensan -y dejarnos jugar un poco, también-.
-No te ofendas, Narizota, pero tenemos una gran duda... ¿Qué sos?
Narizota: -Soy un capricho de la naturaleza. Más que lindo, simpático, porque soy bocón, narigón y con ojos grandes. No seré Osvaldo Laport ni Mariano Martínez, pero tengo mi seducción con las chicas.
-¿Cómo es un día en sus vidas?
Carozo: -Vamos a la escuela, dormimos una siesta, hacemos los deberes y, después, vamos a trabajar a Crónica TV. Después volvemos a casa, andamos un rato en bici y jugamos al fútbol.
-¿Por dónde andan en bicicleta? Es que nunca pudimos verles las patas...
N: -Por el barrio de Flores. Somos amigos y vivimos en la misma cuadra.
-¿No estás celoso de que Carozo va antes que vos en el cartel, Nari?
N:
-Sí, pero yo cobro más.
-¿No te quejás, Carozo?
C: -No me queda otra. Tiene exigencias de estrella.
- ¿Se pelean mucho por eso?
C: -Bastante. Lo que pasa es que él es muy exigente: quiere camarín especial, que le manden auto, bandeja de frutas... Y yo tengo que salir a pedir perdón y, a veces, consigo que me paguen un taxi o que nos den un alfajor.
-¿Siempre quisieron ser periodistas?
C: -Sí, me encanta mostrarles a los chicos el mundo que los rodea y el porqué del funcionamiento de las cosas...
-¿Y cuando la realidad obliga a mostrar cosas que no son tan placenteras?
N: -Le dejamos esa realidad a los grandes. Cuando hay un hecho de esas características no salimos al aire. Solamente mostramos deportes, el móvil de la AFA, las noticias raras y exóticas, los espectáculos, la Bolsa de Comercio, las carreras y la lotería.

-¿No se ponen tristes con las noticias de los grandes?
C: -Sí. Muchas veces hemos llorado detrás de cámaras. Ocurren cosas muy injustas. Sobre todo con los abuelos y con los chicos. Olvidos que no son justificados por parte de quienes manejan el país.
-¿Tienen muchas admiradoras?

N: -Sí, muchísimas. Las chicas se desmayan y se desviven por mí.
C: -Yo soy más tranqui. Será porque estoy un poquito gordo y cachetón.
-¿Sus compañeros de Crónica TV no los discriminan por ser peludos?
N:
-No, nadie mostró la intención de señalar que somos periodistas manejados. Es que nunca nos sentimos títeres de la información. Ninguno nos trató mal por estar en un noticiero.
-¿Qué sienten haber acompañado toda la niñez de mucha gente?
C
: -En realidad, nunca lo pensamos. Pero ahora que vemos las demostraciones de afecto, nos damos cuenta de que fuimos muy importantes y que lo que hicimos fue con honestidad y cariño. Ahora nos gustaría tomar la leche con los chicos de esta generación para que nos conozcan más.
-¿Por qué no hacen un programa para chicos?
N: -Seguro que porque soy caro.
C: -Mentira, por el sánguche y la gaseosa él va. Tenemos ganas de volver, pero no dejaríamos Crónica.
N: -Nos gustaría hacer un programa para los chicos de hoy. Hay mucho para hacer que no se ve actualmente.
-Carozo, fuiste protagonista de un hecho policial hace unos años: te raptaron unas llamas. ¿Cómo viviste esa situación?
C: -Fue sólo una travesura de las llamas que llaman. Pensaron que conmigo iban a conseguir algo y consiguieron que Narizota diga: "Quédense con él".
N: -Jamás diría eso de un amigo... Pero cuando Carozo empezó a cantar me dijeron: "Ya te lo mandamos". Terminó muy bien la situación con la entrega inmediata del rehén antes de que se pusiera pesado.
-Digan la verdad, ¿soportaban a las Trillizas de Oro?
N: -Cuando hablaban las tres juntas, no. Pero sí, eran muy lindas. María Laura era mi novia.
C: -La mía era María Eugenia... Pobre María Emilia, no tenía novio.
-¿Por qué se separaron de Gabinete?
C: -Pensamos que ya era una etapa cumplida. El tenía proyectos personales en teatro. La gente piensa que terminamos peleados, pero seguimos siendo amigos hasta el día de hoy.
-¿Qué referentes tienen?
N:
-Nuestros ídolos son los Muppets. Yo nunca vi una mujer con tantas curvas como la chanchita Piggy.
-Lamento decirles que muchos de esos chicos que tomaban la leche con ustedes hoy no se portan muy bien. ¿Qué les dirían?
C: -Qué difícil. El mensaje que les dejamos es que nunca dejen de ser niños. Que no pierdan la inocencia, la esperanza...
N: -Se puede hacer una travesura cada tanto... Pero sólo si son inocentes. Tal vez si nos vienen a abrazar de vez en cuando se acuerdan de los años en que eran chicos.