miércoles, 18 de junio de 2008

Los hermanos bolivianos

Triste, lamentable, bochornoso

Esta noticia llegó de uno de los grandes directores latinoamericanos de teatro: César Brie, argentino, pero radicado desde hace muchos años en Bolivia. Por favor, ayudemos a difundirlo porque no es posible que un pueblo trabajador como el boliviano esté viviendo esta situación. No sólo en América latina, en todo el mundo estamos hartos de que los ricos se quieran hacer cada vez más ricos a costa del pobre, y a fuerza de desangrarlo.


SUCRE, CAPITAL DEL RACISMO
César Brie (Director del Teatro de los Andes)
Desde noviembre, Sucre está gobernada de hecho por el Comité Interinstitucional cuyos representantes (la mayoría políticos derrotados en las urnas) deciden todo en esa ciudad. Ellos alentaron la formación de los grupos de choque que el 24 de mayo vejaron a los campesinos, obligándolos a besar el suelo y la bandera de Chuquisaca a punta de chicotazos.
El 24 de mayo en Sucre quedará como un capítulo más de la historia universal de la infamia. Un grupos de campesinos vejados a chicotazos y patadas, obligados a marchar semidesnudos hasta la plaza 25 de Mayo, a arrodillarse frente a la Casa de la Libertad, a besar el suelo, la bandera de la capitalía plena, a cantar el himno de Chuquisaca y quemar ellos mismos sus whipalas y pancartas. Pude filmar este espanto y cualquiera puede encontrarlo en You tube en el sitio http://www.youtube.com/watch?v=J2s15Mjgn9o; y en http://www.youtube.com/watch?v=2ZoVReJUmgg.
No tuve la frialdad para quedarme en la plaza y seguir filmando a los responsables, la mayoría con pasamontañas que les cubrían el rostro. Sólo reconocí a uno de los exaltados, que luego de haberlos correteado se estrecho la mano con personeros de la Alcaldía en la puerta de la misma y se fue en una moto que allí tenía parqueada. Muchas personas, testigos de la vejación, alzaron la voz pidiendo que los campesinos no sean golpeados. Oí un inefable: "No les peguen, si no van a decir que somos racistas". Como si el racismo dependiera de una paliza final y no del secuestro y humillación recibidos. Seres humanos vejados y maltratados Al día siguiente entrevisté a campesinos que fueron rehenes en la plaza y a otros maltratados y vejados en diferentes lugares de Sucre. Filmé el relato atroz de lo que pasaron, las cortaduras y marcas provocadas por las agresiones. Supe de dos violaciones por un testimonio ocular, agravadas por la decisión de las mujeres violadas de no decir nada para no " deshonrar a sus maridos" . Filme los piedrazos, las huellas de patadas en la puerta, los vidrios rotos y las marcas de la dinamita arrojada dentro de la casa de Wilber Flores, diputado del MAS que el 10 de abril pasado fue perseguido desde la Alcaldía, golpeado y torturado dentro de un albergue en el cual trató de refugiarse. Flores estaba en El Abra en el momento del ataque a su casa, donde su mujer y su hija debieron huir cerro arriba para no ser linchadas. En Gigavisión los bolivianos pudieron ver a Fidel Herrera (uno de los miembros del Comité Interinstitucional) aplaudiendo a la turba que arrastraba a los campesinos. Luego, este señor pidió disculpas (¿de haberlo organizado, de haberlo aplaudido, o de ambas cosas?) y a última hora del 26 de mayo se retractó declarando que toda esta agresión había sido realizada por infiltrados del gobierno. Está ultima versión es recogida por el Correo del Sur, periódico parcializado completamente con las opciones de la derecha y que merece el graffiti escrito en una pared de Sucre: "Las paredes callarán, cuando la prensa diga la verdad". A riesgo de ser linchados Que el Comité acuse, en este caso, al gobierno por los hechos de violencia que anunció y desencadenó finalmente, es ridículo. Desde noviembre Sucre está gobernada de hecho por el Comité Interinstitucional cuyos representantes (la mayoría políticos derrotados en las urnas) deciden todo en nuestra ciudad. Muchos de nosotros, que no somos ni simpatizantes del Comité ni miembros del MAS, hemos optado en estos meses por trabajar en silencio para evitar que nuestras opiniones críticas terminaran con una agresión a nuestras personas o a nuestras familias y casas. Pero la infamia del 24 de mayo ha sido la gota que ha rebalsado el vaso. Nos hemos mirado a la cara y hemos decidido que era hora no ya de comunicarnos vía Internet nuestras impresiones sino de declararlas a riesgo de ser linchados por alguna de las bandas fascistas que el Comité Interinstitucional ha promovido. Nos manifestaremos por la paz y el diálogo, de todas las formas posibles, seremos nosotros los periodistas que recogerán los testimonios que la prensa de Sucre, con pocas excepciones, no quiere recoger. Nuestra ciudad debe volver a ser lo suficientemente grande para albergar opiniones diferentes que diriman en modo democrático, con el voto de los ciudadanos, sus diferencias.
Otras consideraciones El gobierno no se ha destacado por tener hacia Sucre una actitud coherente. Los sucrenses, del bando que sean, todavía esperan del Presidente de la República al menos un pésame por los muertos, y disculpas por haber excluido de la Asamblea Constituyente el tema de la Capitalía.
Quien escribe esta convencido que la Capitalía fue introducida en la Asamblea para poder bloquearla. Esto no excluye que dicho tema debía de ser discutido, tratado y finalmente votado. Si la votación hubiera sido contraria a las aspiraciones de Sucre, supongo que hubiera sido ésta la excusa para bloquear la Asamblea. La ilusión masiva con que se ha engañado a los sucrenses radica en haber vuelto de cariz político una reivindicación histórica. La Paz se quedó con la sede de gobierno por la fuerza de las armas y Sucre, hoy día, tiene dos posibilidades: o dirimir el tema a través de un referéndum nacional, o recurrir a la fuerza. Por eso el lema del Comité y de los exaltados "Ni un paso atrás" es un lema suicida, que no puede conducir a nada, pero muy motivador. El gobierno no ha comprendido que el fascismo, para triunfar debe volverse popular. Y esa popularidad se obtiene a través de slogans demagógicos como el mencionado.
El caldo del cultivo de los grupos fascistas ha sido siempre la clase media. Los errores del gobierno y su escasa vocación democrática han colaborado a popularizar este fascismo. Hoy Sucre tiene las paredes llenas de consignas opuestas, y entre ellas destaca la Falange, dada por sepultada desde la muerte de Unzaga de la Vega. No debe olvidarse que el racismo nunca desapareció de Sucre. Subsistió velado por los buenos modales y un hipócrita barniz cultural. En los cafés de la plaza de Sucre y alrededores no entraban los indios, y si entraban, eran invitados a marcharse. Con el triunfo de Evo Morales y la instalación de la Asamblea, la clase media comenzó a resignarse a convivir con los indígenas, pero el cariz de los hechos que llevaron a noviembre retrasó el estado de las cosas hasta que la agresión del 24 de mayo nos hizo precipitar a los humillantes escarmientos de la Colonia. Quienes maltrataron a los indígenas el 24 de mayo tienen la misma piel morena, hablan algo de quechua pero visten diferente. Ese es un axioma del racista: parecerse demasiado al objeto de su odio y por lo tanto enseñarse con el otro para ignorar la parte de sí que se le asemeja. La Prefectura de Chuquisaca fue ganada por el MAS con los votos del campo, dado que la ciudad votaba mayoritariamente por la derecha. Pero la sede de la Prefectura está en la ciudad de Sucre, y a la clase media de Sucre le resultaba intolerable que el partido "del indio" los gobernara. Un intelectual me dijo en la Plaza que la culpa de todo esto era "de ese indio resentido que nos gobierna. Antes vivíamos en paz".
Pienso que esa paz en la que este intelectual ha vivido toda su vida ha sido en realidad la paz de la sumisión, ideal para quien somete, aceptable para quien no la sufre y se beneficia indirectamente de ella (las clases medias), pero atroz y degradante para los sometidos, los indígenas.
(Si estas opiniones provocan algún tipo de agresión, ruego a los potenciales agresores ensañarse –no excesivamente- directamente con el interesado y no con el Teatro que dirijo ni con mi familia, que no son responsables de lo que escribo y ni siquiera comparten muchas de mis opiniones.)

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