domingo, 21 de diciembre de 2008

El regreso de Hijitus



Las fotos son gentileza de Mariana Araujo (del diario La Nación)

Chucu-chucu-chucu

Manuel García Ferré, a los 80 años, revive en DVD al personaje que acompañó a muchas generaciones de argentinos durante 40 años

Por Pablo Gorlero



(Este reportaje es el "crudo" del publicado por el diario La Nación el lunes 22 de diciembre. El backstage y la versión editada se pueden ver en http://www.lanacion.com.ar/.)




Quien esto escribe, tevemaníaco de los años 70, sabía que en algún momento del día una musiquita característica (muy difícil de definir) anunciaría que comenzaba un nuevo episodio de Las aventuras de Hijitus. Desde 1967 fueron 52 capítulos que, cada día, en cinco horarios distintos, se emitían con un minuto de duración por Canal 13 y culminaban a fin de mes. Eso ocurrió a lo largo de siete años y se repitieron durante muchos años más. Es decir, acompañando la niñez de muchos. Por eso hoy, sobre todo los que pasan los treinta y los cuarenta, no necesitan demasiado esfuerzo para recordar cada una de esas historias que involucraban a personajes tan extraños como carismáticos, en aventuras que los llevaban a conocer a otros seres tan extraños y carismáticos como ellos. Quién hoy en día no sabe que Hijitus era un “nenitus” de sombrero rotoso que, cuando lo atravesaba, se convertía en el superhéroe más chiquito de la historia de los dibujos animados.
O quién no reconoce a ese maldito y tonto a la vez Profesor Neurus, acompañado por tres secuaces graciosísimos como Larguirucho, el porteñazo Pucho y el amorfo Serrucho. Y la lista es larguísima: Pichichus, Oaki, Gold Silver, El Comisario, el Boxitracio, Cachavacha y el Búho, Kechum, el Gran Hampa, Bodega, Rapiño, Gutiérrez, el robot Trucu, Raimundo, Sempronia, el Dragoncito Cantor, Dedo Negro o La Vecinita D’enfrente.
Todos estos personajes fueron creados por el Walt Disney local –aunque en realidad nació en Almería, España-: Manuel García Ferré. Y en su historia no están sólo Hijitus y Larguirucho, sino largometrajes, programas televisivos infantiles, cortos educativos y publicaciones que acompañaron el crecimiento y la evolución cultural de miles de chicos que hoy son adultos: El libro gordo de Petete y la revista Anteojito. Hace tres semanas, Leader Music lanzó, por primera vez, la colección completa de Las aventuras de Hijitus: dos packs de cinco DVD cada uno que, además, contienen wall papers, videoclips, ringtones y todos esos chirimbolos que entienden los más jóvenes (ver gacetilla aparte).
Sus películas (Mil intentos y un invento, Petete y Trapito, Ico, el caballito valiente, Manuelita y Corazón, las aventuras de Pantriste) a menudo parten de cuentos infantiles escritos por él. Es un amante de la metáfora y de la entrelínea, e le dio alma a espantapájaros, buzones, bancos de plaza, barriles, verduras y pararrayos. En las gigantescas oficinas-estudios donde, durante muchos años, se editaron revistas y se crearon películas y programas de televisión, Manuel García Ferré recibió a cronista, fotógrafa y camarógrafo de La Nación, con la humildad de los sabios. Como buen animador, el ego lo vuelca en sus criaturas, a las que no deja de tocar, acariciar o mostrar orgullosamente. Así aparecen de sus mágicas arcas los verdaderos Petete, El Patriarca de los Pájaros o Hijitus, así como aquellos primeros souvenirs casi artesanales, en madera o PVC.
“Si me lo alcanzara… de estos se hicieron unos cuantos… para poner los lápices… y estos los conseguía de Salta: vasijitas de barro que vendían en la feria, entonces se los colgaba. Cuando debutó en televisión, cruzaba la pantallita e iba arrastrando las latitas. Así estuvo una semana, despertó un interés enorme”, explica mientras muestra un muñequito de madera de Hijitus. “Casi todo fue hecho en la Argentina, hubo algunos que hicimos en China, pero aquí se hizo la mayoría”, agrega con orgullo.
-Cuénteme, don Manuel, ¿esto estaba planeado o fue casualidad?
-No estaba planeado. Pero siempre he pensado que Las aventuras de Hijitus es un material constante, que tiene vida y una vigencia permanente porque los móviles de cada uno de los personajes no son de una época o de un estilo, sino que son humanos, entonces trascienden. Tanto en su vestimenta y en su forma se trata de que no sean de una época determinada, ni muy locales: que sean más “fantasía”, para que puedan resistir a la moda y al tiempo. Pero en cuanto al contenido, para mí, son eternos por los móviles que tienen.
-Seguramente para Walt Disney su favorito era Mickey Mouse, ¿para usted su favorito es Hijitus?
-Es uno de los favoritos, junto con Anteojito, Petete e Ico… Son varios. Uno siempre a los personajes los quiere porque todos han nacido en un momento de entusiasmo, de cariño, de querer crear algo.
-¿El primero fue Pi-Pío, no?
-Fue mi primera oportunidad y salió en la revista Billiken. En esa historieta estuvo el germen de algunos personajes. Por ejemplo, Calculín, y un esbozo de Hijitus, que todavía no tenía un sombrerito alto, sino uno tipo hongo. Al pasar el tiempo, pensé que Hijitus tenía personalidad y que le hacía falta algo mágico. Entonces se me ocurrió hacer lo del sombrero, como si fuera la varita mágica que, al traspasarlo, aparecía el otro yo de Hijitus. Era el de hacer justicia, el de hacer el bien se transformaba en Super.
-¿Y cuándo es que se le aparece eso a un creativo? ¿En qué momento se ve al personaje y se dice: esto puede trascender mucho más allá de lo que estoy haciendo ahora?
-Yo también lo quisiera saber. Todas estas cosas ocurren cuando uno menos lo espera o en cualquier situación… Esos momentos es cuestión de pescarlo al vuelo y, luego, agarrar el lápiz e ir dándole forma y perfeccionándolo.
-¿Cómo describiría a Hijitus?
-Es un personaje tierno, simple, que se transforma y adquiere superpoderes cuando hay una injusticia o se plantea una cuestión. Mi planteo era contra qué lucharía Hijitus. Así fue que inventé a Neurus, que era un cúmulo de prepotencia, soberbia y ambición desmedida. Como siempre en función de la maldad está la bondad, necesitaba que Neurus plantee una situación límite para que Hijitus y Super Hijitus tuvieran fuerza. Luego inventé unos colaterales de Neurus, que fueron Larguirucho, Serrucho y Pucho. Esa trilogía de ratones, eran los que realizaban sus maldades. Eso también derivó a crearle un Pichichus a Hijitus. Era su vanguardia, que olfateaba, rastreaba y le llevaba la información a su amo.
-Como su Pepe Grillo…
-Claro, sí… Pero más que la conciencia, vendría ser el “olfa” de Hijitus. Era el que siempre espiaba, miraba y luego corría y le planteaba la situación a para que la resuelva.
-Lo interesante del villano y el héroe es que también había algo ahí en el medio, un nexo, que era Larguirucho, como este tonto que no distinguía entre el bien y el mal…
-Es el personaje acomodaticio a las situaciones, tan común en la vida real. Por eso digo que estos personajes no pierden vigencia. Los móviles de Neurus y sus secuaces ocurren todos los días, en todos los países del mundo: la ambición desmedida, la soberbia… Por eso es que Larguirucho tomó una fuerza muy especial, sobre todo en los adultos, cuando le dice a Neurus refranes. Se pone en doctor, cuando es el que menos autoridad moral tendría.
-Le iba a hablar de eso… Hay una doble lectura social, no sólo en Las aventuras de Hijitus sino en varias de sus creaciones. ¿Eso es deliberado, o surge espontáneamente?
-En parte es deliberado. Los medios masivos, tanto de impresión como de televisión o radio, dedicados al mundo infantil, deben tener un autocontrol de parte del autor. El autor tiene que transmitir buen gusto, enseñar una cierta moral y huir de las cosas que tienen mal equilibrio. El chico está en una etapa de formación, no es como el adulto, que ya tiene su personalidad formada. Si la televisión lo llena de imágenes falsas o de violencia, eso se fomenta. Ya de por sí el ser humano es violento. Ahí tomé conciencia de la enorme responsabilidad que tenemos los que nos dedicamos a productos infantiles, porque son formativos de la personalidad de una o dos generaciones… lo que nos toque vivir. La televisión, sobre todo, cumple una función de entretenimiento, de información, pero también de formación. Por eso en esta historieta, por ejemplo, quise tener personajes para que el chico tenga a quien querer y a quien no. Por ejemplo Cachavacha, era un colateral de Neurus pero, a su vez, también era una competencia, aunque a veces se asociara a él para atacar a Hijitus, quien tenía que usar el ingenio.
-… O el Gran Hampa: demuestra que siempre hay un mal mayor…
-Exacto. Siempre hay un mal mayor y un Gran Hampa detrás.
-Tal vez por eso sea que tantas generaciones que crecimos con sus personajes, hasta el día de hoy, todavía queremos seguir legándoselos a los que vienen detrás y emocionándonos cuando los vemos…
-Creo que mientras un personaje se alimente con ideas, ingenio, nuevas situaciones y se traslade a la evolución que va teniendo la humanidad, tiene vigencia. Diferente es una caricatura de una época o un trabajo de filmación o de ilustración que refleje determinado momento histórico. En Hijitus es pura fantasía, es atemporal. Como pueden ser Blancanieves o Pinocho. Tienen contenido humano.
-Bueno, en Corazón, las aventuras de Pantriste quedó muy reflejado eso, cuando se estrenó parecía una alegoría de la situación política argentina de entonces…
-Además se me ocurrió que con la palabra pan funcionaban todos los personajes: el padre era Pan Duro porque tenía un carácter muy fuerte; la madre era Pan Dulce, porque era más tierna; la novia era Pandereta, porque era más alegre… Todos eran así.
-Cómo aparece esta idea de romper con los cánones tradicionales y crear, por ejemplo, un bebé que, al principio, era una oveja descarriada.
-Oaki es un reflejo real: es el chico malcriado que cree que todo es fácil y sencillo porque los padres les dan todos los gustos. Sobre todo porque tiene un padre multimillonario, entonces lo que el niño le pide ya está concedido. Cuando se ve demasiado controlado por Gutiérrez, el mayordomo, se hace amigo de Larguirucho. ¿Por qué? Porque lo que le falta a Oaki es calle y Larguirucho tiene mucha. Por eso cuando Larguirucho entra en la casa de Gold Silver, se da la gran vida. Y esa es la causa del malestar que tiene el mayordomo: ¿Cómo un ratón casi linyera como Larguirucho se la da de gran señor?
-Encima si lo agarra un semiólogo se hace una panzada porque Oaki, además, no tiene pies… o no se le ven…
-La forma de caminar es un recuerdo de cuando yo era chico, en España. Por aquel entonces todavía existía la costumbre de envolver a los chicos en un pañal. Era otro tipo de crianza, otros tiempos. De ahí se me ocurrió la idea de dejarlo envuelto en esa especie de pañal largo y de que caminara como un gusanito. Esa forma de andar producía gracia. Siempre con su paragüitas, además.
-Antes de empezar la entrevista usted hablaba del diseño simple que tienen sus dibujos animados. Si nos ponemos a analizar la evolución que tuvo el dibujo animado a nivel mundial, se puede decir que en el rubro de series televisivas se volvió al trazo simple… Las chicas superpoderosas o los dibujos de Gendy Tartakowsky parecen que hubieran tomado a los suyos de modelo.
-Bueno, es que creo que todo vuelve. Porque hacer síntesis es mucho más difícil que hacer una cosa compleja que, a su vez, podría presentar muchas falencias. Sin embargo, una caricatura bien hecha con cuatro rasgos es muy difícil de lograr porque llegar a expresar sentimientos en dos o tres líneas es como lograr las grandes melodías, que siempre son las notas más básicas y más elementales , que ya están agotadas, porque algún músico ya las hizo, se busca lo complejo o se buscan melodías mucho más sofisticadas. Creo en lo sencillo porque es lo que mejor transmite, lo que más llega, es más natural y espontáneo.
-Activan más la imaginación de los chicos las piernas raras de Hijitus que dos piernas comunes y corrientes…
-Sí, también dan cierta comicidad.
-¿Por qué Hijitus avanzaba arrastrando una soga con tachitos?
-También fue por recuerdos de mi infancia. Era la época de la guerra civil española. No había juguetes, entonces jugábamos de pequeñitos con un piolín y atábamos varias latas, para arrastrarlas, haciendo ruido como si fuera una música . De ahí surgió la idea. Porqué no agregarle a ese personaje varios tachitos, latas de conserva, o de frutas, y que las arrastarra. Eso le dio cierta característica.
-¿Hijitus era un chico de la calle?
-Es una fantasía. Diría más bien que es un sentimiento que toma forma. Es el sentimiento del chico solo, que está un poco abandonado aunque se las rebusca para sobrevivir, pero buscando siempre la bondad. En su sueño logra inventar que, a través de su sombrero, se transforma en súper. En el fondo es una ilusión.
-¿Cómo aparece el Boxitracio?
-En el desarrollo de los casi siete años que estuve realizando la serie de Hijitus, cada dos o tres meses me veía obligado a agregar un personaje nuevo para darle mayor interés. Así nacieron Ketchum, que era el primo rosarino de Pucho; el Boxitracio; o Raimundo, a quien Larguirucho le decía: “Ay, Raimundo, ¿para qué viniste a este mundo?” porque era tan travieso que lo volvía loco. También nacieron Sempronia, el Director del Museo, el robot Trucu, y una serie de personajes accidentales que duraban dos o tres episodios. El Boxitracio fue uno de los que más prendió: “Terequete tere uauaua…”
-¿Anteojito surgió dentro de Hijitus?
-No, Anteojito surge dentro de una tira televisiva que se me ocurre ofrecerle al Canal 9 en aquella época, cuando lo manejaban Julio Korn y Alejandro Romay. En vez de hacer una tanda de avisos deshilvanada, les propuse hacer una tanda de avisos orgánica. Así fue que inventé a un tío para los productos adultos y a un sobrino para los infantiles. Por ejemplo, en un viaje al espacio, Anteojito le decía al tío: “Ya tengo preparado el cohete, ¿trajiste el agua Villavicencio y mi plancha Atma para cuando lleguemos a la Luna?”. O “no te olvides de traer tus caramelos DRF o tus zapatillas Skypy”. Bueno, llegué a tener en alguna tanda hasta 19 avisadores de diez segundos. Cada historieta duraba unos 15 días, cuando renovaba el tema.
-¿De qué año hablamos?
-La revista Anteojito salió en el período 1963-64… La tira se hizo desde 1963 a 1969: seis años… Otro ejemplo: una visita al museo. Anteojito dice: “Tío, preparate porque vamos a ir al Museo de Bellas Artes”. Entraban y se veía el primer cuadro, que era La Gioconda. “Este es el cuadro La Gioconda, este otro es la Nobleza Gaucha, y este es Plancha Atma”. Hacían un viaje al Congo, otro al centro de la Tierra… cada aventura era un tema diferente… Ahí Anteojito se hizo muy popular y, posteriormente, saqué la revista… Primero salió como una revista de entretenimientos, pero después le agregamos el desarrollo educativo y ahí la revista se ubicó sobre los 300 mil ejemplares. Estuvo en la calle hasta 2001. Vivió 37 años ininterrumpidamente.
-¿Sufrió cuando tuvo que cerrarla?
-Mucho. Primero salió como una revista de entretenimientos, pero después le agregamos el desarrollo educativo y ahí se ubicó sobre los 300 mil ejemplares. Estuvo en la calle hasta 2001. Vivió 37 años ininterrumpidos.
-¿Fue por una cuestión económica?
-Sí. Tenía un equipo de cerca de 100 personas entre redactores, dibujantes, fotógrafos y correctores. La revista ya había caído porque se venía la crisis de 2000-2001… Veníamos de 100 a 120 mil ejemplares, pero se cayó la venta a 30 mil. Con eso no cubría los costos enormes de producción y me vi obligado a cerrarla.
-¿Cuál de sus creaciones lo conmueve más?
-Quizá la que me abrió ciertas puertas y me permitió que fuera creciendo fue Pi-Pío. Porque en esa historieta evoqué muchos recuerdos de mi infancia. La hice cuando tenía 19 o 20 años.
-El pueblo era Villa Leoncia, ¿no?
-Villa Leoncia… Yo recreaba un pueblo imaginario y, en función de ese pueblo, creaba la autoridad, el sheriff, que era Pi-pío. Además, me hacía falta un personaje inteligente, entonces creé a Calculín, que tenía un libro en al cabeza en forma de pelo. Muy bien resuelto en cuatro trazos. Y ahí fueron surgiendo Paco Pum, que era el malo, el equivalente a Neurus; Ovidio, que era un caballo miedoso, pero muy amigo y compañero de Pi-pío… Quizá sea el que recuerdo con más cariño. Después vino Anteojito, posteriormente Hijitus y después El Libro Gordo de Petete.
-¿Y Trapito?
-Trapito fue un cuento que escribí y que llevamos al cine, como un largometraje. En aquel momento mi empresa estaba funcionando muy bien. Teníamos un desarrollo muy grande con la parte editorial. Editábamos también varias revistas más: Muy Interesante, Ser padres hoy, Las aventuras de Hijitus y Las desventuras de Larguirucho. La parte editorial mía movía un volumen muy grande y con esas utilidades fui financiando, en parte, los largometrajes. Siempre en coproducciòn con Julio Korn –los tres primeros-, uno con Celulosa, y con Telefé, los últimos. En la última etapa. Los tres primeros fueron con editorial Julio Korn y uno con Celulosa.
-¿Cómo surgió su primer largometraje: Mil intentos y un invento? ¿También fue primero un cuento?
-Sí, era una historia que había escrito. Vine a Buenos Aires a los 17 años. Me paseaba por la Avenida de Mayo o por la calle Corrientes y miraba hacia las cúpulas de los edificios… Buenos Aires tiene cúpulas preciosas y las admiraba. Una vez, en Muy interesante, hice una ilustración de muchas de las cúpulas de esta ciudad. Mirando hacia arriba uno descubre que Buenos Aires tiene mucha alegoría, mucho símbolo de una época… Quizás esas cosas se me ocurrían porque en aquel momento tenía cierta tristeza y soledad, hasta que me hice de amigos y tuve mi equipo bohemio. Llegué a Buenos Aires en 1947 y caminaba por la Avenida de Mayo o por la calle Corrientes, mirando las torres y las cúpulas y pensaba qué triste tiene que sentirse un pararrayos ahí solito, siendo sólo un hierro. Entonces, ahí se me ocurrió el cuento y la base sobre la que construi la película Mil intentos y un invento: la soledad del hierro en la cúpula de un edificio. En un momento, Anteojito abandona y casi desprecia al tío Antifaz porque tiene éxito como cantante. Un día después de una función se siente agobiado por haber abandonado al tío y se sienta en un banco de la plaza.
-¡Cierto, el banco que hablaba!
-El banco, que era la experiencia, le dice: “Anteojito, no estés triste porque te está ocurriendo lo mismo que a aquel pararrayos. Es el hierro más alto de la ciudad, pero el que más solo se siente, porque él ve a todos los demás, pero nadie puede llegar hasta él. Entonces, el subir demasiado es muy peligroso”. Ahí es donde Anteojito reacciona y sale corriendo en busca de su tío, lo busca por todos lados hasta que lo encuentra. Bueno, hay toda una simbología, el tío quería ser inventor para sacar de la pobreza a su sobrino y nunca descubrió nada… y cuando realmente descubrió algo lo tiró creyendo que nunca lo había descubierto. Y volvían los dos a ser lo que eran en un principio. Quizá sea la película más profunda de las que he hecho. Ese tema no es tan infantil… Es infantil todo lo que lo rodea, la feria, el humor, las canciones, cuando hay una danza entre los pescados y las verduras… Siempre he tratado de poner un sentimiento fuerte en mis films, como el caso de Trapito que, para mí, fue la más lograda de las cinco películas que hice. Cuando Trapito no tiene ilusiones, se lo lleva el gorrión que le ha salvado la vida. Es un espantapájaros que no tiene vida, pero tiene inteligencia, bondad y muchas cualidades. Pero cuando el Patriarca de los Pájaros lo pesa en una balanza, descubre que no tiene ilusiones. Entonces ahí está su debilidad. Por eso es un espantapájaros porque no tiene ilusiones en la vida. Entonces el Patriarca designa al gorrión que lo llevó como su ilusión. Con la responsabilidad que le dieron se quiere desmayar, pero lo acepta. Pero qué ocurre… más adelante, el gorrión encuentra su propia ilusión: se le cruza una gorriona, se va con ella y abandona a Trapito. Él se siente tan solo que va al mismo lugar adonde estuvo clavado y se crucifica de nuevo. Hay un gran travelling, se aleja, reaparece el Patriarca y le dice: “Yo te dije, Trapito, que no dejaras escapar a las ilusiones, porque tienen alas como los pájaros y se te pueden ir volando, piénsalo”… Y en ese momento se siente un grito: “¡Trapito, Trapito!”. Era la pareja de gorriones que vuelve a reconquistarlo. Trapito es una película sobre la falta de ilusiones. Un ser sin ilusiones es un espantapájaros.
-¿Antes de comenzar a dibujar, cómo se las rebuscó al llegar a Buenos Aires?
-Empecé a trabajar en una agencia de publicidad como cadete, a los 17 años. Mientras tanto, conseguí que me dieran la equivalencia de bachiller de España. Pude ingresar en la Facultad de Arquitectura y trabajaba posteriormente, ya en los años 49 y 50, en varias agencias de publicidad como dibujante, al mismo tiempo que estudiaba. Hasta que conocí a Kurt Lowe, cuando volvió el cine propaganda. Por aquel entonces yo ya había hecho algunos dibujos animados para cine y demás. A Lowe le gustó mi trabajo y me propuso que le arme el grupo de dibujantes para Emelco. Bueno, empecé a tomar dibujantes, a prepararlos, a enseñarles dibujos animados, y estuve tres años trabajando en Lowe-Emelco. Puse mi propia empresa en 1955 y, desde entonces hasta la fecha, no paré. Hice más de 800 comerciales: las películas de los gatitos de Lanas San Andrés, por las que gané un Martín Fierro -luego gané otro por Las aventuras de Hijitus-; hice la serie de la Gallina Fanacoa, la serie de quesitos Adler, la familia Mantecol… “por la vida contento voy”; le hice películas a Chela, a Walter Thompson… fueron más de 800 jingles comerciales. Allí es donde se me ocurre hacer el jingle historieta Anteojito y Antifaz. Esa idea gustó mucho. Con los años se me ocurrió otra idea: si todos los diarios del mundo tienen historietas con continuidad de tres o cuatro cuadritos, por qué la televisión no puede tener una historieta en continuidad. Entonces se lo propuse a Canal 9, pero Romay no lo vio. Pero Goar Mestre, de Canal 13, la pescó enseguida. Consultó consultó con su equipo y dijeron era un dibujo animado más. Yo dije por qué no lo era. Los dibujos eran unitarios de media hora que saldrían al aire en un minuto por día. Quería que la gente lo siga y estaba seguro de que era un gancho. A Goar Mestre le gustó mucho la idea y la producimos durante siete años.
-¿Cuánto tardaban en hacer cada capítulo?
-La capacidad de producción de mi estudio era de un minuto de animación por día, entre dibujarlo, grabarlo y filmarlo. Por aquel entonces, ya tenía un equipo de 15 o 20 dibujantes, una sala de grabación, y de filmación. En aquel momento era todo fílmico, no había nada de computación. Lo hacíamos en 35 milímetros. Empezamos en blanco y negro hasta que, un día, Goar Mestre me dice: “Mire García Ferré, porqué no empieza a hacerlo en colores, porque la televisión en color se viene rápidamente”.
-¿Cuántos capítulos se hicieron en blanco y negro?
-Seis o siete, poquitos. Y cincuenta y tantos en color, que son las que tenemos editadas.
-¿En cuanto a diseño de personajes, usted era como Walt Disney, que en realidad le hacía los diseños Ub Iwerks?
-La creación de los personajes son mías, luego han ido evolucionando. Por ejemplo, Larguirucho era un ratón y el pico era en punta… Había hecho tres ratones puntiagudos –Larguirucho, Pucho y Serrucho-, luego los dibujantes me los fueron redondeando de a poco, me gustaron y los dejé. Es la evolución de un personaje. Incluso evolucionó Hijitus, porque el original tenía un sombrerito de hongo, luego le hice este sombrero y, posteriormente, los dibujantes lo alargaron más.
-¿Cómo definiría a Trulalá?
-Trulalá es el equivalente a Villa Leoncia, el pueblo de la historieta de Pi-Pío. Siempre necesité un ámbito físico para mover a los personajes. Si no tuvieran un lugar, los personajes estarían flotando y sería lo mismo una selva que el fondo del mar. Entonces necesito un pueblo. El pueblo es la organización humana, la influencia urbana y arquitectónica. Es la necesidad de darle una referencia, ser urbanista. Entonces, en función de Trulalá surgen la comisaría, la mansión de Gold Silver, el zoológico, el museo…
-Hay un capítulo en el que está la avenida 9 de Julio…
-Sí, y hay uno en que se van a Mar del Plata… Queríamos darle un sabor argentino. Pelusa Suero hacía las voces de varios personajes. Por ejemplo, Pucho. Le pedí que piense en Gardel porque eso le daba un toque muy porteño y local.
-El menos porteño era Hijitus porque Oaki también era medio arrabalero…
-Hijitus tenía una voz trucada, que hacía Néstor D’Alessandro. Le voy a contar una anécdota. Grabábamos en un aparato revoc, que tenía un rodillo más o menos de este diámetro, que rodaba y arrastraba la cinta magnética. Francisco, la persona que me dirigía las grabaciones, le arrollaba una medida de cinta adhesiva y eso aumentaba el diámetro. Pasaba a 20 revoluciones por minuto, pero de ese modo era con mayor velocidad. Néstor hablaba con una voz grave, pero la cinta la “arratonaba” en una forma muy particular. Le buscamos la medida hasta que la encontramos. Francisco tomó el trozo de cinta correcto y lo pegó en la puerta de la sala de grabación. Entonces, cada vez que iban a grabar Hijitus, agarraba la misma cinta y la ponía en el rodillo. Un día fuimos a grabar y salió una voz diferente. No entendíamos qué pasaba. Nos volvíamos locos. Hasta que nos dimos cuenta de que la cinta plástica tenía otro grosor porque era de otra marca, entonces aumentaba mucho más y salía como un ratoncito. Eso la convierte en una voz inigualable.
-Si uno ponía en 33 el disco de Calculín, descubría que la voz era de Blanquita Silván, la conductora del programa…
-Sí, claro. Eso lo hacíamos en forma más tradicional. Por ejemplo, ahora generalmente se buscan voces famosas. A mí no me gusta eso. Para mí cada personaje tiene que tener su propia voz. Por ejemplo, vi una película de hormigas con la voz de Woody Allen. Cuando hablaba ese personaje no podía ver a la hormiga, se me aparecía Woody Allen. Ahora lo usan como atracción de taquilla, pero es un error. Cada personaje debe tener, como cada persona, una voz que no recuerde a otra cosa. Siempre he peleado mucho buscando voces que tuvieran personalidad. Por ejemplo la voz de Oaki la hacía una chica que vi en una fiesta infantil que hacía voces distintas para entretener a los chicos. Y la llamé. Era arqueóloga y de La Plata. No recuerdo el nombre.
-¿Usted hizo alguna voz?
-No. Quise grabar dos o tres veces, pero no dio resultado.
-Recién hablábamos de Trulalá… En un principio estaba gobernada por un consejo de ancianos… ¿Qué pasó? ¿Los derrocó el Comisario?
-No, es que cuando se mezclan demasiados personajes, es muy difícil de manejar. Por ejemplo, muchas veces me preguntaban quién era la mamá de Oaki. Si meto a la madre, a la tía, a la prima, se pierde la esencia de la historia.
-Recién estábamos viendo al Hijitus vivo (al muñeco de esponja que participó en El mundo de Calculín), por decirlo de algún modo. ¿Los hacía usted mismo?
-Sí, a todos. Es que cuando era chico no teníamos juguetes. Los fabricábamos nosotros mismos, con la imaginación. Estos son trozos de espuma de goma. Los fabricaba con tijera. Fíjese, se pueden ver los tijeretazos. Es paciencia. El tema es que no se le puede agregar nada. Es como la escultura en el mármol. Un mal corte arruina todo lo demás.
-¿Y cómo les mueve los ojitos y la boca?
-Tiene una pipa atrás, enganchada con un broche de ropa…
-Super artesanal…
-Se meten aquí los dedos y el movimiento va compensándose… (Muestra los agujeritos que han en las articulaciones del muñeco). Se maneja entre dos. Esto está hecho a mi medida para meter la mano…
-Ah… también los manejaba usted…
-Sí. Entre dos. Primero se graba el sonido y luego, con un grabador, lo voy siguiendo, entonces quedan en sincronismo la imagen con el sonido. Otro mueve las manitos.
-¿Tenía varios muñecos de cada personaje?
-No. De cada uno hice uno solo. No me gusta repetirlos porque nunca me salen iguales.
-¿Nunca pensó en hacer a Petete en dibujitos?
-Lo que pasa es que Petete cobró mucha fuerza como personaje hecho en espuma de goma. Tengo una serie de personajes más… Si tiene un poquito de tiempo le muestro alguno. Hay uno para el que me iba a escribir los guiones César Bruto (Carlos Warnes). Él me dijo un día: “Deje que el personaje se me meta en la cabeza”. Es un personaje que me inspiro la calle Corrientes. Una vez vi a un tipo que caminaba arrastrando los pies. Me dije: “Éste parece Don Tomás, un hombre así nomás”. A Warnes le gustó mucho la idea y aceptó escribir los guiones. Al poco tiempo falleció y la idea quedó ahí. Nunca nació. (Abre una caja de madera y muestra al personaje, un hombrecito de saco y corbata colorinche y bigotes). Es un personaje medio chaplinesco. Le preguntaban “¿Don Tomás, por qué arrastra los pies?”. Y él respondía: “Para sentir que vivo”. Era medio filósofo Warnes. Siempre decía: “Murió para toda la vida”. Le voy a mostrar más cosas.

El tesoro animado
García Ferré se entusiasma, va hacia un desván de su oficina y saca una de las múltiples cajas de madera que guarda como en un tesoro. La abre y ahí está es personaje que acompañó en la educación a tantas generaciones de latinoamericanos: Petete. El original Petete, que abre sus ojos celestes desde su guarida.
-Esto es emocionante…
-Los ojos son de muñeca, de esas muñecas de porcelana de antes. Este aguantó trescientas y pico de películas. Está un poco sucio. Inclusive lo llevé a España y trabajó en tres ciclos de los Parchís. Allí fue más popular que acá.
-Algunos tuvieron más potencia que otros. Chifuleta no pegó mucho, ¿no?
-Depende muchas veces del programa… Chifuleta trabajó unos meses con Carlos Garaycochea. Hacía de partener. Eran dos muñecas: Chifuleta, que era la hippie, y Magnolia, la romántica. En ese momento lo hablé con Donald, que estaba de moda. La idea era esta: él vivía en una casa de departamentos, arriba vivía Chifuleta y abajo, Magnolia. Chifuleta era muy moderna y pizpireta, y Magnolia tocaba en el piano, melodías de Mozart y de Chopin. Las dos volvían loco a Donald y querían enamorarlo, una a base de picardía y la otra de romanticismo. Él les cantaba canciones a una y a otra. El tema daba para mucho, pero nunca cobró fuerza ni lo llevamos a la realidad, por esas cuestiones de programación.
-¿Don Manuel, está feliz con la vuelta de Hijitus?
- Sí, siempre es lindo reencontrarse con el personaje y con el público.
-Después de la última película, luego de haber atravesado la situación de verse obligado a cerrar su editorial, podemos decir que llegó el momento de la reivindicación…
-Es el momento de empezar de nuevo a hacer cosas.
-¿Tenía muchas ganas, no?
-Sí, sí, sí… Inclusive tengo en proyecto hacer algún largometraje. Lo que pasa es que no terminamos de salir de una crisis y entramos en otra.
-¿Puede adelantar algo?
-Tengo dos temas. Lo que me pide mucha gente es un largometraje con Hijitus. Tengo el guión escrito a medias y faltaría hacer el encuadre. Otro tema sería La gallina Turuleca.
-¡La de Gabi, Fofó y Miliki!
-Ellos eran los intérpretes, no les pertenece la música. Tengo los derechos para el cine y la televisión de la música, adquiridos del autor español. Vamos a ver si está el ánimo como para invertir. Es un trabajo largo de dos años y hoy en día, con la tecnología que hay, se podría lograr una cosa muy bonita y muy divertida también.
-¿Usted suele ver dibujos animados?
-Estoy al día, pero no quiero influirme demasiado con diferentes estilos…
-¿Le gusta más lo artesanal, no?
-No, tengo mi propio enfoque de cómo encararlo. No me ha ido mal.
-¿Qué le pasa cuando en la calle lo para gente que ya tiene cuarenta y pico de años y le dicen cosas sobre sus personajes o su trabajo?
-Siempre produce cierta alegría, cierta satisfacción de que uno hizo algo que no pasó al olvido. Sobre todo que sembró sentimientos y una cierta línea de conducta, buenos modales y educación, que fue lo que más me preocupó en todo lo que hice. Para mí fueron muy importantes El libro gordo de Petete y la misma revista Anteojito, que tuvo 37 años ininterrumpidos de apoyo escolar.
-¿Las maestras no le dicen que lo extrañan?
-Sí, también a El libro gordo de Petete. En la película Manuelita, cuando ella vuelve de París y pregunta por el novio, el abuelo le dice: “Ahora es una autoridad, es el maestro del pueblo”. Cuando yo era chico el maestro de un pueblo era una autoridad.
-¿Se puede todavía rescatar eso?
-Ojalá.
-Mi compañera fotógrafa -Mariana Araujo- quiere finalizar el reportaje con una objeción...

Mariana Araujo: -¿Por qué Oaki, un bebé, tenía armas?
-(Sonríe tímido) Bueno… Psé, psé… Hoy en día, con la violencia que hay, no hubiera hecho eso. Pero en ese momento no existía la psicosis de violencia urbana. Le di dos pistolas a Oaki porque significaba el capricho llevado al máximo. Nunca apuntó a nada, eran tiros al aire. “Lompo l’alma… Tiros, líos y cosha golda”. El defecto que le veo a Las aventuras de Hijitus ese ese, lo admito. Él buscaba el barullo y eso le gustaba a Larguirucho, por eso se daba la gran vida a su lado.






Corazón, las aventuras de Pantriste


Entrevista realizada con Manuel García Ferré, en junio de 2000, pocos días antes del estreno de su última película. Fue publicada en Diario Popular.


Por Pablo Gorlero


Su oficina está llena de premios y es un ineludible espejo del recuerdo. Quien entra por primera vez no podrá dejar de ver el transcurrir de las distintas etapas de su propia vida a través de las imágenes de todos los personajes que Manuel García Ferré creó a lo largo de su carrera. Eso motiva, emociona. Tiene que ver con su estilo.
-¿Por qué “Corazón”?
-Porque es un personaje que tiene gran corazón. Pantriste comienza con cierta humildad, con problemas de comprensión del padre, gran cariño de la madre, pero, al tener un gran corazón, se hace amigo de un gnomo que sale de la mancha de humedad de la pared en su imaginación. Hay un desarrollo de sus sentimientos y de su capacidad intelectual, creo que ahí es el triunfo de los sentimientos y del espíritu sobre todos los demás problemas. Cuando tiene confianza en sí mismo y cuando crece en su personalidad, se va conociendo, al desparramar bondad y sembrar el bien entre sus semejantes, ahí se hace importante a pesar de ser un personaje, aparentemente enclenque y flaquito.
-Esta película tiene una clara doble lectura que refleja la actual situación política del país… ¿Le gusta trabajar con esos símbolos?
-Todas mis películas tienen un reflejo de la realidad mezclada con la fantasía y la magia que da el dibujo animado. Trato de darle a los chicos un gran espectáculo donde se diviertan, pasen ratos sobre todo muy emotivos, pero que la alegría y los buenos sentimientos sean primordiales y ajenos a toda violencia. Hago una película para que el padre o la madre pasen un rato divertido, por eso tengo algunos reflejos de la realidad actual, para que se diviertan de los dos lados, pero desde el optimismo.
-¿Renueva su equipo de colaboradores tras cada película?
-Siempre trabajo con el mismo equipo. Pero siempre damos pasos adelante. Ahora es en tecnología, tiene imagen estupenda, profundidad, relieve, dinámica, montaje muy ágil… . Somos cerca de 100 dibujantes. Muchos de ellos se formaron conmigo en la serie de Hijitus, ya somos compañeros y amigos y luchamos siempre con el mismo entusiasmo y unificamos el estilo.
-¿Por qué la incorporación de personajes clásicos?
-Porque mucha gente me preguntaba por Cachavacha o Neurus. Se los extrañaba.
-Se nota un “aggiornamento” de algunos personajes. Pucho no tiene pucho, Petete no tiene chupete…
-Bueno, siempre hay una evolución en todo, en la forma de vestir, de actuar, pero sigo manteniendo el alma. El fumar es una cosa del pasado, cuanto menos lo promovamos mejor, entonces son cosas que voy suprimiendo.
-¿A nivel mundial en qué lugar está la animación argentina?
-En tercer lugar en el mundo. Nosotros hemos producido seis largometrajes y salvo Estados Unidos y Japón, ningún otro país tiene una continuidad de tantos largometrajes.
-¿Hay algún personaje del cual se haya enamorado más?
-En cada momento me enamoro de lo que hago. Lo siento como un ser real… Los vivo intensamente y no tendría una preferencia de uno por otro. Quizá el que vio la luz por primera vez, fue el linyerita Pi-Pío, en ese momento tenía 18 años y tenía esa personalidad del joven que busca cómo ubicarse en el mundo. Durante siete años lo saqué en la revista Billiken y, después, ininterrumpidamente en la revista Anteojito, con Calculín como compañero. Ya tienen 48 años. Son adultos.
-¿Se considera el Walt Disney argentino?
-Me considero un dibujante que ama lo que hace, lo quiere y lo siente. Siempre admiré al viejo Disney porque era un hombre de una gran sensibilidad, de un gran olfato y el contenido de sus primeras películas no han sido superadas. Prueba de ello es que en Fantasía 2 han tenido que recurrir al “Aprendiz de hechicero” y para mí es lo mejor de la película. El también trabajaba con alma y pasión en lo que hacía.
-¿Qué son Larguirucho o Pucho?
-Son reflejos de personalidades que he ido estudiando. Todos conocemos a algún Larguirucho en nuestra familia o entre nuestros amigos. De ahí viene el éxito. Todo lo que dice él, dentro de su simpleza, a veces son verdades.
-¿Por qué cree que sobreviven a tantas generaciones?
-Porque son humanos, porque tienen ese contenido que lo humano no muere nunca.
-¿Dibuja usted?
-Dibujo los personajes claves, las principales secuencias y luego, tengo una serie de grandes colaboradores que desarrollan eso, lo estudiamos en “storyboard”, estudio las voces, las grabaciones y después se va armando el equipo y distribuyendo el trabajo.
-¿Ya están trabajando en la próxima película?
-Ahora tomamos un descanso de 20 días e iniciamos inmediatamente el tercer largometraje de esta segunda etapa. Es un tema totalmente nuevo que tenemos en estudio.
-¿Hijitus va a volver en algún momento?
-Puede ser. La cuestión es la cantidad de trabajo que supone cada largometraje. Los norteamericanos tardan tres o cuatro años en cada uno, nosotros nos hemos autoimpuesto el esfuerzo de uno por año.
-¿El éxito de Manuelita no lo tienta a hacer una segunda parte?
-No me gustan las segundas partes porque me pareciera que es agotarse uno o la imaginación y, al contrario, tengo como 5 o 6 ideas fluyendo en la cabeza, que son futuros largometrajes. En estos momentos hay tres para definir. En estas vacaciones voy a reflexionar bien a ver cuál de los tres es el que más siento con afinidad a nuestro público y al sentimiento latino. Hago películas con la pasión del latino y no la frialdad del sajón.
-¿Sus películas son aceptadas en otros países?
-Ya se está preparando el lanzamiento simultáneo en toda España de Manuelita. Después irá Pantriste. Ya estamos negociando en varios países de América del Sur su lanzamiento. Trapito se vendió en Rusia, en Suecia, Alemania, en todos los países de Sudamérica. Vamos ganando mercado y, al proveer un largo por año, podemos conseguir una estabilidad entre los exhibidores que era lo que más nos pedían.
-¿Se hacen estudios de mercado antes de lanzar una película?
-Sí, pero más que una estadística fría, lo que hacemos es sentirlo. Lo pensamos, pero indudablemente supone eso una especie de marketing o de estudio. Pero no lo hacemos tecnológicamente porque una encuesta fría no dice siempre la verdad.
-¿La sociedad con una empresa grande como Telefé, en algún punto lo condiciona?
-No, tengo la suerte de que mis socios me dan plena libertad en lo artístico para hacer y deshacer. Lo cual me obliga a ser más exigente conmigo mismo.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Para nostalgiosos






Leader Music lanza:”Las aventuras de Hijitus”
Por primera vez en DVD, la colección completa de nuestro gran súper héroe.



A fines del mes de noviembre Leader Music lanzará por primera vez la colección completa de Las Aventuras de Hijitus, el clásico creado a mediados de la década del sesenta por Manuel García Ferré.
La colección constará de 10 DVD’s que incluirá los 52 capítulos de la tira + algunos inéditos en blanco y negro rescatados de la primera época. La misma llegará en forma individual (10 DVD’s) o en 2 packs de lujo de 5 DVD’s cada uno. De esa manera, uno de los personajes más tiernos y queridos por todos llegará por primera vez a las bateas de todo el país.
Además estarán disponibles en formato digital (ringtones, truetones (MP3), videos, wallpapers, FX y speechtones), los mejores contenidos de la serie, frases de los personajes y sonidos característicos.


HIJITUS:

Creado por el dibujante argentino García Ferré, llegó a la tele en la década del 60. Este dibujito fue un auténtico clásico en la Argentina, a tal punto que competía con cartoons americanos y con el conocido Astroboy. El programa cuenta la vida de un chico pobre que tiene un sombrero tipo galera, pero, al pasar por dentro de este se convierte en un Súper Héroe. Hijitus vivía en un tubo en las afueras de la ciudad de Trulalá junto a su fiel perro Pichichus. Entre los personajes también encontramos a Oaki, un pequeño chico hijo de un millonario que tenia dos revólveres dentro de su ropa y estaba enamorado de la vecinita de enfrente. También estaba Larguirucho, un personaje que si bien estaba entre los malos, muchas veces acompañaba en sus aventuras a Hijitus y Oaki. Y podríamos estar horas nombrando mas personajes como El Boxitracio y La Bruja Cachavacha con su búho. En fin, el mejor Cartoon Argentino que afortunadamente no se ha olvidado, porque en el 2006 volvio a la pantalla para alegrar las mañanas de los chicos.

Hijitus era un héroe muy especial, ya que las tiras poseían toda una galería de personajes bien definidos, y se movía dentro de un ambiente perfectamente descripto, un mundo dentro del cual desenvolvían sus aventuras. Fue así que, de la misma forma que los diarios publicaban tiras diarias, Manuel García Ferré creó una "tira diaria animada" en el año 1967. Cada día, en cinco horarios distintos, se emitía un episodio de 1 minuto, que culminaba a fin de mes. Se realizaron 50 aventuras a lo largo de 7 años.

A raíz del éxito del dibujo animado, se puso en el aire los domingos por la mañana "El Club de Hijitus", programa donde se retransmitían los cinco episodios emitidos durante la semana en un solo bloque de cinco minutos. Reafirmando su calidad, cada tanto se repusieron los viejos episodios por TV, transmitiendo incluso una aventura completa de media hora cada día. Hijitus pasó luego al cine, merced a la recopilación de tres capítulos de la TV, como "Las aventuras de Hijitus". También apareció en ropa, juguetes, discos, figuritas y festivales.
El pequeño superhéroe se convirtió en el éxito mas rotundo del dibujo animado latinoamericano.

PERSONAJES:

HIJITUS: Es un noble joven que vive en un tubo en las afueras de la ciudad de Trulalá junto a su fiel perro Pichichus, un compañero que era muy bueno en "espionaje". Al meterse en su descocido sombrero se transforma en Súper Hijitus. Su frase característica: Fufu y chucuchucuchucu

SÚPER HIJITUS: Hijitus podía convertirse en un héroe con capa y hélice, "Súper Hijitus"; para lograrlo se ocultaba dentro de su sombrero, realizando una invocación…"sombrero, sombreritus, conviérteme en Súper Hijitus", tras lo cual emergía ya con la indumentaria del superhéroe. Hijitus no tenía límites para su campo de acción, sus aventuras se proyectaban en el tiempo y en el espacio sin perder su principal identidad, ser un súper héroe argentino, con una fantasía generosamente distribuida y cuidadosamente dosificada.

PICHICHU: La mascota y fiel amigo de Hijitus. Lo ayuda en todas sus aventuras. Es un perro muy astuto, con un gran olfato para el espionaje.

OAKI: Es el caprichoso hijo del supermillonario Gold Silver y amigo de Hijitus. Si bien se viste como un bebe dentro de su ropa tiene dos revólveres, que como el están siempre listos para vivir cualquier aventura. También es amigo de Larguirucho. Aunque es un bebé, Oaky está enamorado de su vecinita. Su frase característica: "lompo el alma" y "Tiro, Lió y Cosha Golda"

GOLD SILVER: Padre de Oaky, es una persona despistada, a quien no se le conoce esposa ni profesión, tiene un mayordomo llamado Gutiérrez, y siempre cede muy fácilmente a los caprichos de su único hijo.

EL COMISARIO: Representa a la autoridad, es el comisario de Trulalá. Un personaje siempre muy bien dispuesto a dormir la siesta y tomar mate amargo. Su frase característica: "Marche Preso Desacatao".

BOXITRACIO: Extraño personaje de Trulalá, muy alegre, amante del boxeo y dueño de una insólita forma de comunicación, repitiendo siempre "Tere quete tere quete ua ua ua".

LOS "VILLANOS": Hijitus solía luchar contra el mal, a veces junto a Oaky y otras veces junto a El comisario; sus enemigos y secuaces podría decirse que de tan malos eran tontos.

NEURUS: Todo héroe necesita un villano. El profesor Neurus es el rival más famoso de Hijitus, profesor de una especialidad indefinida, muy nervioso e irritable. Entre sabio maligno, investigador perverso, y científico ambicioso con ganas de apoderarse del mundo, Neurus era el jefe de una banda de inútiles que lo volvían loco, entre los que se contaban Pucho, Serrucho, Larguirucho y, ocasionalmente, Kechum. Su frase característica: "cállate, retonto".

LARGUIRUCHO: Es un clásico personaje de García Ferré. Es muy tonto y despistado. Es el típico "bonachón del barrio", y el más gracioso de toda la serie. Simple y con pocas luces, no se sabe muy bien si era malo, bueno o tonto. Siempre metía la pata, y, débil de carácter, hace siempre lo que los demás le piden, lo cual lo termina metiendo en problemas. Así, Larguirucho puede ser fácilmente influido por el profesor Neurus para que trabaje para él en sus maléficos planes. De esta manera a veces trabajaba para los malos y otras para los buenos. Es medio sordo, por eso no deja de repetir: "hablá mas fuerte que no te escucho".

PUCHO: Es el eterno aliado del Profesor Neurus. Habla como un "malevo" y remata sus frases con algún tango. Se lo puede ver vestido en camiseta y siempre huyendo del trabajo.

SERRUCHO: Aliado de Neurus, cuando habla no se le entiende nada.

KECHUM: Era el primo de Pucho.

BRUJA CACHAVACHA: Otra clásica rival de Hijitus, tenía su propia escoba voladora y una "telebola"; experta en yuyos y brebajes, vive en las afueras de Trulalá en su "Covacha" junto a su fiel compañero, y secretario, el Búho. Sin embargo, la mayor rival de Cachavacha era el Hada Patricia.

Acerca de su autor:
MANUEL GARCIA FERRE:

Nació en Almería, en 1929. Con 17 años, -escapado de la guerra civil española- recorrió las redacciones de Buenos Aires hasta que en 1952 Constancio Vigil aceptó en Billiken su primera historieta, "Las aventuras de Pi-Pio". La historieta cuenta la historia de un canario que pasa de linyera a sheriff en el ecosistema de la imaginaria Villa Leoncia. En esa saga, Ferre alumbro su sueño mas exitoso: Hijitus.

Primitivo y casi ajeno al más difundido, el niño, -descendiente de faraones-, debutó en la tira en septiembre de 1955. Era entonces de cabeza ovalada y llevaba seis largos pelos y una galera desfondada. Contemporáneo al dibujo Astroboy, creado con la inocencia y poder necesario como para detener las tragedias atómicas como Hiroshima.

De Villa Leoncia, Hijitus saltó a la tele en 1967, con las "Aventuras de Súper Hijitus", el primer dibujo animado hecho para TV. A diario, millones seguían la historia de un chico pobre cuyo sombrero mágico lo elevaba a superhéroe protector de Trulala. Los capítulos de Hijitus iban de lunes a sábado por Canal 13 y se repetían, todos juntos, en los ómnibus historicos "Sábados Circulares" y "La feria de la Alegria".

El mundo ni enterado, pero Hijitus adelantó el reloj para incorporar personales reales a sus aventuras: por Trulalá pasaron el animador Pipo Mancera, el cantante beat Donald y Ulises Barrera, voz del box. Lo mismo, pero después, hizo Matt Greoning en Los Simpsons.

Frente a enlatados yanquis y japoneses, Hijitus mandaba. Así pasó a forma cinematográfica y hasta exportó al resto de Latinoamerica. El merchandising florecía en golosinas, remeras, juguetes y colonias, leche chocolatada, figuritas, etc. Garcia Ferré, como Disney, tenía su impresión. Pero en Trulalá, una ciudad arrabalera, apenas urbana, cuyo héroe vivía en un caño, el "medio caño" que el desarrollismo imaginó como alternativa al rancho.

Cincuenta años después, es imposible no ver a Villa Leoncia y Trulalá como postales del paisaje cultural argentino. "¿Qué un personajes de un artista tan popular y con una capacidad creativa como Garcia Ferré cumpla cincuenta años y no se realice ningún tipo de festejo es, cuando menos, una falta de respeto, no?" sentencia Pablo Sapia, curador e impulsor de la muestra homenaje a Hijitus que abre el Centro cultural Recoleta. Para Sapia, que fatigó cuatro meses hasta convencer al ermitaño dibujante de esta muestra, el paralelo entre Ferré y Disney es inexacto. "la mayor diferencia es que Disney era un gran conductor para el que trabajaban muchos artistas mientras Garcia Ferré creaba y dibujaba solo".
Solo, como su inocente y poderoso Hijitus, acaso un huérfano translpantado del horror de la guerra civil española.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Tarzán



Buena Vista International Pictures

(Publicada en Diario Popular, en junio de 1999, con motivo del estreno del largometraje de Disney, Tarzán.)
Tarzán, dibujado

Por Pablo Gorlero

Aunque la Walt Disney Pictures lanza en promedio una película animada por año, desde hace algún tiempo sus proyectos se planifican con varias temporadas de anticipación. Así es que en 1994 ya se hablaba de Tarzán, la nueva producción que los sucesores de Walt Disney estrenarán en Buenos Aires el 8 de julio. Inspirada por el inmortal clásico de aventuras de Edgar Rice Burroughs y energizada por el ritmo de cinco nuevas canciones de Phil Collins, este nuevo dibujito de Disney se perfila a volver a ganar, a través de las aventuras del héroe del taparrabos, a los niños varones que ya se hartaron de tanta Pocahontas y Mulan.
Como en el original, la película comienza contando las extraordinarias aventuras de un niño huérfano criado por una familia de gorilas. El pequeño crece con el mismo comportamiento de la especie que lo adoptó y se mueve en la selva como un simio más desconociendo totalmente la existencia de seres semejantes a él. A medida que Tarzán madura y se convierte en un joven con todos los instintos de un animal de la selva y con la habilidad física de un atleta, su vida cambiará para siempre cuando encuentre a otros humanos con quienes sentirá que lo unen profundos e irresistibles lazos.
Después de Drácula, Tarzán es el personaje que más veces fue llevado a la pantalla por la industria cinematográfica. Tuvo 47 adaptaciones previas sólo en Hollywood. Sin embargo, este es el primer largometraje animado que se basa en el legendario aventurero de taparrabos. El mismo Burroughs consideró seriamente un “Tarzán” animado en 1936, como el medio de llevar con más fidelidad a su héroe a la pantalla. “El dibujo animado debe ser bueno, debe aproximarse a la excelencia de Disney”, dijo el “papá” del musculoso personaje. Sesenta y tres años más tarde su sueño se realizó a través de un film que no sólo se aproxima a la excelencia de Disney sino que también sienta un nuevo nivel en el proceso.
Para abordar una nueva historia de Tarzán, el equipo creativo de Disney eligió explorar la travesía emocional del personaje protagónico, a medida que éste trata de encontrar su lugar entre “dos mundos”: el de la familia animal que lo crió y el de la familia humana en la cual nació. La animación permitió a los realizadores mostrar el desarrollo de Tarzán con su familia animal como jamás antes se había visto. Asimismo, los hacedores del proyecto aseguran haber dotado al personaje tal como Burroughs lo había imaginado, de un modo en el que ningún actor humano hubiera podido interpretarlo. El filme combina perfectamente el humor con la emocionante acción en la jungla.
“Tarzán” fue dirigida por dos de los talentos más versátiles de la animación: Kevin Lima y Chris Buck. El primero debutó en la dirección en 1995 con “Goofy: La película”, aunque también tuvo a su cargo la animación, el diseño de personajes y el desarrollo de la historia en “La sirenita”, “Bernardo y Bianca en Cangurolandia”, “La bella y la bestia”, “Aladino” y “El rey león”. Por su parte, Buck comenzó con su carrera profesional en Disney en 1978 como animador en “El zorro y el sabueso”, supervisor de animación en “Pocahontas” y diseñador de personajes en “La sirenita” y “Bernardo y Bianca en Cangurolandia”. A su vez, el productor es Bonnie Arnold, quien tuvo a su cargo el mismo rol en “Toy Story”, en tanto el autor es Tab Murphy (“Gorilas en la niebla” y “El jorobado de Notre Dame”).
A fin de prepararse para el largo viaje creativo que los aguardaba, los directores y un grupo de supervisores artísticos emprendieron un safari al Africa en marzo de 1996. Recorrer las reservas animales de Kenia, visitar los gorilas de la montaña en Uganda y contemplar el “bosque impenetrable” de Bwindi resultó ser para ellos una influencia invalorable. A su vez, el equipo también se inspiró en los originales de Burroughs, cuyo legendario Tarzán debutó en una revista en 1912 y continuó apareciendo en 26 novelas autorizadas.

TARZAN VINO DE PARIS
De poderosa anatomía y personalidad multifacética, el personaje protagónico le planteó serios desafíos al equipo de animación. Los realizadores sabían que para darle vida era necesario contar con la habilidad de un animador de primer nivel y encontraron al deseoso colaborador Glen Keane, considerado uno de los más innovadores y dotados artistas de su generación. Este veterano, con 23 años en Disney, responsable de la creación de personajes como el Profesor Ratigan de “Detectives y ratones”, la sirenita Ariel, la Bestia, Aladino y Pocahontas, entre otros, terminaba de completar un año sabático en París, durante el cual estudió escultura y anatomía. Con grandes deseos de retornar al tablero de dibujo, comenzó su tarea diseñando al personaje y desarrollando una manera única de hacerlo mover en la jungla. Keane permaneció en Francia durante la producción y trabajó con un excelente equipo de cien artistas, animadores y técnicos en el Estudio de Animación de Disney en París. La teleconferencia diaria y otras innovaciones tecnológicas permitieron que los estudios de París y de Burbank (California) trabajaran en la misma página.

SEX SYMBOL MASCULINO
Para crear a Tarzán, Keane se inspiró en su hijo adolescente. Su temeridad para realizar múltiples piruetas en su “skate”, combinado con escenas de vértigo que vio en algunos videos sobre deportes extremos como el “snowboard”, lo convencieron de que Tarzán debería ser un personaje de gran audacia que experimentara esa misma sensación adrenalínica al moverse a través de la jungla. Teniendo esto en cuenta, animó un test que mostraba a Tarzán “surfeando” entre los árboles. En lugar de hamacarse de una liana como los hombres-mono anteriores, este personaje animado se mueve con velocidad y agilidad entre las ramas y la vegetación. Agita sus bucles y se mueve somo ningún otro Tarzán. A su vez, los animadores sabían que teniendo un personaje que permanentemente está con poca ropa, debían aprovechar su “sex appeal”. Del mismo modo que lo hicieron con Pocahontas, la sexy y escultural indiecita norteamericana, los animadores de Disney prefirieron no hacer un Tarzán patovica sino un muchacho que genere mucha atracción. Por eso optaron por hacerle una cintura ligera pero unos músculos bien marcados en clara referencia a lo que hoy en día es el prototipo juvenil de belleza masculina. A su vez, el personaje deja ver sus glúteos ante cada salto entre las lianas de la selva. Toda una audacia para Disney.
El director de arte Dan St. Pierre también resultó clave en el diseño. Decidido a captar la profundidad, el drama y la dimensión de lo que significa ubicar el film en la jungla, desarrolló una revolucionaria técnica llamada “Deep Canvas”, mediante la cual se permite que dos personajes bidimensionales se muevan en la jungla en forma casi real.

“MI, TARZÁN. TU, JANE”
El relato comienza con un catastrófico naufragio que deja a una joven pareja y a su pequeño hijo, Tarzán, varados en una selva hostil. En la secuencia inicial, también nos enfrentamos a una cerrada familia de gorilas dirigida por Kerchak, el severo protector líder del grupo. Su compañera, Kala, es una encantadora gorila que ha perdido a su único hijo por culpa de un leopardo llamado Sabor. No pasará mucho tiempo hasta que este depredador descubra a los nuevos habitantes de la jungla y los mate. Reponiéndose de su propia pérdida, Kala va al rescate del bebé y lo adopta como a uno más de la familia gorila. Kerchak se opone firmemente a traer a un extraño al grupo, pero se retrae cuando Kala insiste en quedarse con el pequeño.
A los cinco años, Tarzán es un saludable y despreocupado gorila con una gran necesidad de imitar sonidos de animales y listo para meterse en problemas. A pesar de su agilidad y de sus mejores intenciones, no logra ser igual a los animales de su edad. Al querer ser aceptado por sus pares, Tarzán responde al desafío de arrancar un pelo de la cola de un elefante. Esa tonta acción, que resultó en una estampida de elefantes, encoleriza a Kerchak, pero le vale a Tarzán la amistad de dos contemporáneos: un simpático gorila llamado Terk y un neurótico elefante: Tantor. A pesar de percibirse diferente a los demás, y de que Kerchak desconfía de él, el entrañable amor de Kala, su madre adoptiva, lo llena a Tarzán del coraje que necesita. Pero el héroe madura y se convierte en un joven atlético y habilidoso al que le llega la oportunidad de demostrar todo lo aprendido cuando el leopardo Sabor vuelve a atacar a los gorilas. Justo cuando Tarzán está ganando la aceptación y el respeto que tanto deseaba, se escuchan disparos en la selva. Esto señalará un momento decisivo en su vida: es en busca del ruido que se encuentra por primera vez con seres humanos. El pequeño grupo incluye al profesor Porter, una notable autoridad en gorilas y a su hija Jane. Pero guiando la expedición está Clayton, un aventurero que detrás de su aparente simpatía esconde planes oscuros. A partir de allí, comienza la historia que todos conocemos.

CAMINO AL OSCAR
Desde que la Compañía Disney cambió el rumbo de sus producciones dando el puntapié inicial con "La sirenita" casi siempre tuvo un lugar de privilegio en la entrega de los premios Oscar. Y, aunque tuvieron el exquisito placer de tener a “La bella y la bestia” nominada como “Mejor Película”, un puesto que tienen asegurado desde hace algunos años es el de “Mejor canción”. Ganó con “La sirenita”, “La bella y la bestia”, “Aladino”, “El rey león” y “Pocahontas”. Pero, la suerte comenzó a abandonarlos con “Hércules”, “El jorobado de Notre Dame” y “Mulan”. Ahora, en Disney están dispuestos a recuperar el cetro y contrataron a Phil Collins para que se haga cargo de la música. Desde un principio, los directores experimentaron el fuerte sentimiento de que “Tarzán” no se prestaba al formato musical tradicional, por el cual los personajes estallan en una canción para expresar sus emociones. Al explorar otras formas de utilizar la música en el contexto de la narración de una historia, llegaron hasta Phil Collins. Parece que el cantante pop se entusiasmó escribiendo estas canciones narrativas y dicen que las mejores son “Dos mundos”, “Estás en mi corazón” e “Hijo de hombre”.
Disney volvió a contratar figuras de primer nivel para interpretar las voces de los personajes de esta historia. El actor Tony Goldwyn (el villano de “Ghost”) se encargó de darle emoción a la voz de Tarzán, en tanto la aclamada actriz Minnie Driver le otorgó chispa y vitalidad a Jane. A Glenn Close le fue encargado interpretar la voz de Kala, la gorila hembra que crió a Tarzán y la simpática gordita Rosie O’Donnell (“Los Picapiedras”) dotó con su voz a Terk, el mejor amigo del hombre-mono. Por su parte, el actor británico Brian Blessed prestó su voz a Clayton, Lance Henriksen al gorila Kerchak, Wayne Knight al elefante Tantor y el británico Nigel Hawthorne al profesor Porter. “Prestarle mi voz a Kala es uno de los mejores trabajos que me han tocado -señaló Glen Close-. Lo más encantador de este personaje es que tiene una figura maternal fuerte y es una pieza clave en la historia. Aunque Tarzán es diferente del resto, ella lo proteje y le enseña todo lo que cree necesario para vivir en su sociedad gorila. Es un mensaje hermoso para cualquier niño”.
Toda la gente de Disney confía en que Tarzán es el dibujo ideal para vencer a sus competidores de la Dreamworks (Steven Spielberg), a Universal Studios y a la Warner Bros. Históricamente, los personajes masculinos siempre le dieron mejor suerte a la compañía ya que los varones se resisten a consumir demasiada princesita. Ya hay un proyecto de hacer una serie de dibujos animados para el Disney Channel (aquí todavía no se ve) si es que la película es un éxito. Seguramente muchos padres y abuelos fanáticos de este personaje llevarán entusiasmados a sus hijos al cine para intentar compartir con ellos este héroe de poca ropa que los convertía en imitadores durante los veranos de sus infancias. Sin dudas ya es eterno.


Gordon Scott personificó a Tarzán en seis películas de Hollywood, entre 1955 y 1960
TARZÁN EN EL CINE
Aunque ya tiene 82 años (actualmente 91) Tarzán parece no envejecer nunca y se mantiene atlético para saltar de liana en liana. Claro está, bajo el rostro de innumerables actores y bajo los pinceles de muchísimos dibujantes. El novelista Edgard Rice Burroughs publicó por primera vez sus andanzas en la revista “All Story Magazine” en agosto de 1912 bajo el título “Tarzan of the apes” (“Tarzán de los simios”). El morrudo personaje fue protagonista de decenas de novelas publicadas entre 1912 y 1964 que vendieron más de sesenta millones de ejemplares en 33 idiomas distintos, y de más de doce mil historietas aparecidas cada día desde 1929 de la mano los dibujantes Harold Foster, luego Burne Hogart y, posteriormente, Russ Manning. En 1995 Editorial Sudamericana reeditó la colección de 25 títulos de las novelas de Tarzán.
En el cine todo comenzó en 1918, sólo seis años después de su nacimiento literario. Curiosamente esta primera película “Tarzán of the apes” fue una de las más fuertes del personaje. El protagonista, Elmo Lincoln, llegó a matar verdaderamente a un viejo león en una de sus luchas en el film. El mismo actor junto a Enid Markey como Jane, volvió a rodar otro film titulado “El romance de Tarzán” el mismo año y bajo la supervisión del mismo Burroughs. El cine mudo siguió dando Tarzanes hasta que el eximio nadador Johnny Weissmuller fue elegido para desempeñar el rol en el primer film sonoro, luego de que fuera rechazado por el famoso luchador de catch el Conde Karol Nowina (famoso también por estas latitudes). “Tarzán, el hombre mono” (1932) fue la primera película que Weissmuller filmó junto a Maureen O’Sullivan como Jane. La pareja se hizo muy popular y participó en cinco películas más. Maureen abandonó su rol aunque Weissmuller llegó a totalizar 19 películas en la piel de Tarzán. Otro que se hizo famoso en estas primeras películas sonoras del personaje fue el jovencito Jhonny Sheffield, quien interpretó a Boy, el hijo de Tarzán y Jane. Tan popular se hizo que, cuando creció y se convirtió en un morrudo adolescente, la Metro Goldwyn Mayer lo contrató para protagonizar sus propias películas como “Bomba, el niño de la selva”.
Otros tarzanes famosos fueron Glen Morris, Lex Barker, el musculoso Gordon Scott -primer Tarzán en colores, quien después siguió haciendo de forzudo como Goliath y Maciste-, Mike Henry, el flacucho Ron Ely ­-quien también protagonizó la serie televisiva- y Christopher Lambert, entre tantos otros. En total fueron más de 40 películas y cientos de episodios para la televisión.
Su esposa Jane y su hijo adoptivo Boy estuvieron presentes en muchas películas pero fueron desapareciendo de la historia, aunque los únicos que sobrevivían a casi todas las versiones eran el elefante Tantor y la chimpancé Chita, gran ausente en la nueva película de Disney.
Tarzán, de Disney, pero la serie animada

(Entrevista realizada a los creadores del Tarzán animado, en los Estudios Disney, de Burbank. Publicada en La Nación el 26 de febrero de 2002.)



Buena Vista International Television

Por Pablo Gorlero
(Enviado especial)
LOS ANGELES.- Una buena cantidad de tanques de agua con íconos que identifican a las mayores compañías de cine y TV asoman por Burbank en formación caprichosa. En esta zona de Hollywood se encuentran esos grandes estudios que albergan fantasía y mentes soñadoras. Por fuera: sólo el furioso tránsito de Los Angeles y una atmósfera que respira entretenimiento.
En medio de esa jungla de tecnología, inspiración y decorados, en la intersección de Buena Vista y Alameda, se asoma un tanque de agua con orejas de ratón. Desde 1940 se erigen allí los estudios Disney, fundados por el viejo Walt y ahora también sede de la Walt Disney Television Animation. Este departamento especial se fundó en noviembre de 1984, cuando la compañía volvió a la vida para crear series televisivas con sus mejores animadores. Las primeras fueron “Las aventuras de los osos Gummi” y “Los Wuzzles”, extraños animalitos mezclados. Diez años más tarde producían 150 episodios por día. Hoy, casi el doble.
Este año, Disney Channel tiene previsto lanzar en la Argentina una nueva programación con producción nacional y las mejores series que se confeccionan en los estudios de Burbank. Entre ellas, se destacan “La leyenda de Tarzán” y “Lizzie McGuire”, que se estrenarán en marzo, así como “Teamo Supremo” (mayo) y “Kim Possible” (julio).
Fábrica de ilusiones
El cuerpo principal de los estudios es un edificio enorme con columnas cuyas cariátides son nada menos que los siete enanitos de Blancanieves. En un edificio contiguo, está el archivo Disney, que conserva desde el vestido que lució Julie Andrews en “Mary Poppins” hasta el zoetrope (un predecesor de la animación). Pero es en los pisos superiores donde está la verdadera magia: el sitio que alberga a un ejército de ilusionistas del lápiz, el pincel y –por supuesto– la computadora.
Paredes cubiertas por storyboards, escritorios llenos de estatuillas de los personajes en yeso, tableros de dibujo con espejitos para copiar expresiones y tantos otros elementos que, para “la visita”, es un atractivo universo de ilusión.
Los más diversos proyectos se revelan en sus paredes y los artistas de Disney están preparados para lo que sea. Es el caso de los hacedores de “La leyenda de Tarzán”: reconocen que el personaje central puede tener algún condimento erótico debido a que su atractivo está en la complejidad del dibujo. “Había que hacer un personaje atractivo, joven y fuerte, a la vez. Es muy difícil dibujar el cuerpo humano y, desde el punto de vista práctico, Tarzán es complicado –explica el productor ejecutivo, Bob Roth–. ¿Cómo hacer para que no se le baje el taparrabos cuando está cabeza abajo? Es inevitable que, cuando se lanza de rama en rama, se vean las piernas. Pero es natural, eso no ofende. Logramos un personaje agradable bajo todo punto de vista. Hay que tener muchos conocimientos de anatomía para dibujarlo: no te puede salir un músculo torcido. Pero tampoco los animales son fáciles. En esta serie no andan vestidos y caminando en dos patas. Recrear un caballo o un rinoceronte es muy dificultoso”. Los únicos animales que hablan son los gorilas y los elefantes.
“La leyenda de Tarzán” está basada en la novela de Edgar Rice Burroughs, siendo una de las versiones más fieles al original. Según los entendidos, es una de las joyas de la animación de los últimos tiempos. En la serie también se utiliza la revolucionaria técnica deep canvas, mediante la cual se permite que dos personajes bidimensionales se muevan en la jungla en forma casi real (uno de los beneficios que la animación tradicional obtiene de la computación).
La técnica iniciada por el fundador de los estudios es la que prima en sus oficinas, pero, paradójicamente, las tres películas nominadas a los premios Oscar de este año en la flamante categoría de animación fueron realizadas por computadora. “Son estéticas distintas y formas de trabajo muy diferentes. Hoy, el público está fascinado por la animación computada, pero no sé si el año que viene, o en cinco o diez años se va a volver a la técnica tradicional”, argumenta Roth. “De todos modos, el peso de un éxito recae en el guión. «Toy Story» lo fue porque tenía una historia tan fantástica que habría triunfado aunque la hubiera animado un chico”, agrega Bill Motz, también productor ejecutivo. “Pero las computadoras también ayudan a la animación tradicional. Las usamos para perfeccionar colores, matices, sombras y efectos especiales”, agrega el animador Steve Loter.
Por su parte, los estudios Disney han decidido innovar en cuanto a estilos y diseños. “Teamo Supremo” y “Lizzie McGuire” son dos buenos ejemplos: la primera, cercana a un estilo de animación elemental-caprichosa de contornos fuertes que implantó Cartoon Network; la segunda, una sitcom para preadolescentes, con actores y un dibujito animado que tiene independencia del resto.
¿Cómo hicieron el creador Phil Walsh y el director de animación Joe Horne para que Disney aprobara sus transgresores bosquejos de “Teamo Supremo”? “Los estudios entienden de cambios y sus directivos son muy inteligentes. Hay una técnica común, pero esta serie era muy divertida así como la concebimos –explica Horne–. Utilizamos muchos elementos de los años 60 y 70, y el estilo que usamos tiene que ver con la época. Tal vez sea el principio de una nueva era en los dibujos de Disney.”
“Teamo Supremo” cuenta las aventuras de tres chicos que no tienen poderes, sino habilidades, y se ocupan de luchar contra temibles (y graciosos) villanos cuando no van al colegio. Las oficinas en las que se mueven Horne y Walsh (este último, descendiente de argentinos) están plagadas de dibujos con nuevos villanos pop al estilo “Batman”, historietas por todos lados y sofisticados equipos musicales que utilizan para componer el punk setentista y el pop surfer que musicalizan la serie. “Nuestra intención es rescatar los valores que nuestra generación aprendió de la familia, los amigos y la educación”, confirma Walsh, uno de los artífices de “Recreo”.
La serie “Lizzie McGuire” se graba en los estudios RenMar, está protagonizada por la adolescente Hilary Duff y cuenta las peripecias de esta joven poco popular en el colegio que tiene un alter ego animado que representa a su conciencia y sus emociones. “Nos basamos en la estética de «Corre, Lola, corre». Creemos que era ideal para esta serie, que es fiel a los miedos, alegrías y sensaciones propios de cualquier adolescente en cualquier sitio del mundo”, explica su productor y guionista, Stan Rogow. El proceso de realización de cada capítulo lleva varias semanas: los animadores se ocupan primero del alter ego de Lizzie para, después, dar lugar al rodaje con los actores.
Entretanto, otra de las agradables sorpresas que Disney acaba de lanzar en la TV norteamericana es “Kim Possible”, una serie de acción de media hora que cuenta las aventuras de una intrépida chica de 14 años que se transforma en agente secreto con la ayuda de su mejor amigo (un “nerd” que se roba cada episodio). Bob Schooley y Marck McCorkle, sus productores ejecutivos, afirman que tiene muchos puntos en común con las historias de James Bond y aceptan cierta similitud con la flamante “Alias”. “Cuando vimos por primera vez la serie nos agarramos la cabeza. Pero nuestro show es para chicos y adolescentes, también con mucha acción, explosiones y condimentada con mucho humor”, explica Schooley antes de volver a sumergirse en ese mundo de animadores, de generosos fabricantes de risas y de hijos de la imaginación.
Excelencia en animación
(Crítica publicada en La Nación, el 28 de mayo de 2002, cuando se estrenó la serie animada por el Disney Channel.)

Por Pablo Gorlero
El "Tarzán" de Disney fue una de las versiones más fieles de la novela de Edgard Rice Burroughs. Además de haber alcanzado un nivel de animación sin precedente, fue uno de los mayores éxitos de la firma de los últimos años. Era cantado que tuviera su serie de TV.
Sus hacedores, Motz y Roth, son los creadores de muchas otras secuelas Disney y lograron que sea una fiel continuación del estilo de la película. Seduce desde la presentación, con música de Phil Collins, que remite al cómic.
Los creadores demuestran ser unos amplios conocedores del cuerpo humano, ya que la animación del personaje central es una de las más complejas y tiene una precisión de movimientos casi perfecta. A su vez, las sombras y los reflejos producidos por la selva le dan un toque de realismo a esta fantasía que se mueve en múltiples planos.
La serie contiene mucho humor, acción y hace hincapié en las relaciones fraternales y familiares. Como siempre, Disney pone el acento en los personajes secundarios. Así, se hacen adorables los amigos de Tarzán: el gorila Terk y el elefante Tantor. Pero el personaje más logrado es el profesor. Porter, el gracioso suegro de Tarzán, muy fiel al original.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

12 de octubre


(publicada en Diario Popular, el 12 de octubre de 1999)

Por Pablo Gorlero

Sobre el 12 de octubre, fecha en la que se conmemora el descubrimiento de América y que tan estoicamente se denomina Día de la Raza, los libros de texto recurrentes en los colegios repiten una y otra vez lo mismo. Se festeja el nacimiento de una nueva raza originada por el mestizaje entre aborígenes y europeos con la consecuencia de nuevas culturas, formas idiomáticas y religiosas. ¿Pero se conoce exactamente cómo fue que llegó Cristóbal Colón al continente americano o qué fue lo que él y sus hombres hicieron?
DIARIO POPULAR hurgó en distintos textos de historiadores y halló muchos datos que esclarecen un poco lo ocurrido hace cinco siglos, a la vez que reaviva la pregunta de siempre: ¿El 12 de octubre es un día de festejo?
Ya se sabe que el marino genovés Cristóforo Colombo creía que se podía llegar a las Indias desde el Atlántico siguiendo la teoría de que la Tierra era redonda. Pero no era el único con esas ideas. Por eso les mostró a los Reyes Católicos un mapa que no era propio, sino del florentino Toscanelli, fisico, astrónomo y matemático. “En realidad, tanto los cosmógrafos y astrónomos españoles como los portugueses e italianos sabían perfectamente que la Tierra era redonda, según las antiguas teorías de Ptolomeo, e incluso tenían mayores conocimientos que Colón”, afirma la historiadora argentina Lucía Gálvez en su libro “Las mil y una historias de América”, de editorial Norma. El interés no se reducía sólo a las Indias, sino a la posibilidad de llegar a Antillia y Cipango (Japón) así como a las extensísimas regiones de Catay y Ciamba, en China, tan bien descriptas por Marco Polo, donde señoreaba el Gran Khan. Eso fue lo que a los Reyes Católicos les resultó tentador. No era para despreciar la posibilidad de negociar con ese personaje y, además, convertirlo a la fe católica. Pero, en “Historia de las Indias”, Bartolomé de las Casas afirma que los especialistas de la cohorte, despreciaron la propuesta del genovés por considerarla “imposible, vana y digna de toda repulsa”.
En su libro, Gálvez cuestiona si verdaderamente Colón desconocía que iba a descubrir nuevas tierras. Se hablaría de un piloto anónimo que le contó su secreto antes de morir y se encuentra bastante curiosa también la seguridad con que el marino hablaba de las 750 leguas que habría de recorrer desde la isla de la Gomera para llegar a la mítica Antillia, a mitad del camino de las islas. También quedan dudas sobre cómo Colón pensaba convencer al Gran Khan de rendir pleitesía a los reyes de España y traer riquezas de sus tierras. Porque los regalos, que constituían espejos, cascabeles, cuentas de vidrio, sombreros y camisas no parecían apropiados para tamaño personaje, sino más bien para gente primitiva como la que Colón había conocido en Africa. Todavía se desconoce si se trabaja de conocimiento previo o intuición de navegante.
Asimismo, tampoco es muy conocida la versión que indica que gran parte de las tripulaciones de las carabelas que comandaba Colón, estaban compuestas por presidiarios. Otro dato poco común: El 7 de octubre de 1492, los marineros divisaron una bandada de loros que iban hacia el Sudoeste. Eso fue lo que impulsó al almirante a cambiar el rumbo hacia el Sur. Por eso llegaron a las islas del Caribe habitadas por amables tainos y no a la península de la Florida, donde seguramente habrían sido recibidos a flechazos.
Por supuesto, Colón y su tripulación no cabían en su asombro al encontrarse con seres humanos de un color de piel como nunca antes habían visto y totalmente desnudos. Pero también fueron los aborígenes quienes se asustaron al ver a personajes tan pálidos, con ropa multicolor, sucios y peludos. En su diario de abordo, Colón relató: “Me di cuenta de que esa gente se convertiría mejor a nuestra santa Fe por amor que no por fuerza, y para que nos tuviesen amistad les di unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo y otras cosas más de poco valor que les dio mucho placer. Después venían nadando hacia las barcas de los navíos donde estábamos y nos traían papagayos, hilo de algodón en ovillos, azagayas y otras muchas cosas, cambiándonoslas por otras como cuentas de vidrio y cascabeles.”
Pero, según Lucía Gálvez, los objetivos de Colón fueron cambiando día a día. Primero fueron las intenciones evangelizadoras de la reina lo que lo motivaba, el segundo día ya fue el oro que había comprobado que los indígenas poseían en cantidad, y el tercero su objetivo ya era sojuzgar a esos primitivos, aunque pacíficos, habitantes.
Colón siguió navegando por las Antillas en busca de aquellos palacios con techos de oro y balcones de alabastro que esperaba encontrar. Pero sólo hallaba más tribus y hermosos paisajes naturales. En su primer viaje construyó un fuerte en La Española, donde naufragó la Santa María y, gracias a la solidaridad que le prestó Guacanagarí, el cacique de los tainos del lugar, dejó a 39 hombres para formar una nueva población. Pero, al regresar, se encontró con la totalidad de su tripulación muerta. La verdad fue que los españoles fueron saqueando los poblados indígenas en busca de oro, hasta que uno de los caciques, Canoabo, organizó una emboscada y les dio muerte a todos. Por supuesto, el pobre Canoabo fue hecho prisionero y enviado a España como esclavo.
Lo que siguió, fue un intercambio de enfermedades. Los españoles se contagiaron la sífilis, propagándola por todo el continente europeo, en tanto las poblaciones aborígenes sufrieron cientos de muertes a causa de gripe, resfrío y sarampión importadas del viejo continente.
Un conquistador
en el paraíso
Colón no aceptaba demasiadas sugerencias y se perdió de acumular más glorias debido a su obstinación. Encontró la isla de Jamaica y pasó a Cuba. Pero, al comprobar su longitud, creyó que era una península del continente asiático, tal vez Malasia. Asimismo, obstinado en no ver la realidad y atender a otros indicios dados por los aborígenes, hubiera llegado a la península del Yucatán (México), donde se encontraba todo el esplendor de la civilización maya.
Para ese entonces, en 1495, los españoles ya habían esclavizado a los aborígenes, exigiéndoles trabajo duro y tributo en oro. Pero Colón quería encontrar mayor cantidad del preciado metal e inició su tercer viaje rumbo al sur del Ecuador, una vez más, con una tripulación nutrida de presidiarios. Llegó a la isla de Trinidad y se situó frente a las costas de Venezuela. Y su imaginación le jugó un truco. El encantador paisaje virgen lo hizo creer que había llegado al Paraíso Terrenal “donde nadie puede llegar sino por voluntad divina”, según expresó en sus cartas a los Reyes. El genovés estaba convencido de ser poseedor de un don divino, aunque en otros escritos manifestó también creer que la costa de Venezuela era la de China. Entretanto, siguió reprimiendo a los indios, junto a sus hermanos Bartolomé y Diego, hasta que Bobadilla los hizo encarcelar en nombre de los reyes y los trasladó a España encadenados. Por aquella época fue que los reyes le quitaron los títulos de gobernador y de virrey. Durante su cuarto viaje en el que, también por tozudez no llegó a conocer a los mayas, hartos los indios de alimentarlos, decidieron no hacerlo más. Pero Colón recurrió a sus conocimientos científicos y los hizo reunir una noche en que estaba pronosticado un eclipse amenazándolos con hacer desaparecer la Luna si no les traían provisiones. Los indígenas rieron pero, de pronto, el astro comenzó a desaparecer. Por supuesto, asustados, continuaron aprovisionando a la tripulación de españoles hasta que regresaron a Europa.
Lo cierto es que don Cristóbal Colón, además de haber descubierto el continente americano dio comienzo a la oleada de saqueos y exterminio de los, hasta ese entonces, tranquilos habitantes de este suelo. El reconocido historiador John Elliot habla del gigantesco impacto devastador sobre la demografía americana y menciona el ejemplo de que en las tierras mexicanas los nativos pasaron de 25 millones a 2,5 millones entre los años 1520 y 1600. Con trabajos forzados, guerras y enfermedades acabaron con el 90 por ciento de la población azteca.
Por su parte, el experto Tzvetan Todorov dice que por el año 1500 había en América unos 80 millones de indígenas y que, a mediados del siglo XVI, quedaban 10 millones. En tanto, Darcy Ribeiro estima entre 70 y 88 millones la población antes de la conquista, que 15 años después sería de unos 3,5 millones. La masacre fue enorme porque durante el actual siglo XX ningún acontecimiento hizo desaparecer a un total de 70 millones de personas.
El historiador Earl J. Hamilton realizó un detallado estudio de las riquezas en metales preciosos que entraron en España, indicando que entre los años 1503 y 1660 llegaron al puerto de Sevilla 185.000 kilos de oro y 16 millones de kilos de plata. El volumen significó que, en poco más de un siglo, llegó al territorio español tres veces más plata que el total de las reservas europeas.
Todavía está por verse si el “Día de la Raza” continúa siendo un día de festejo o de luto ya que el sólo hecho del descubrimiento no justifica tanto saqueo y muerte.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Hoy es un gran día: no más sacrificios en la Provincia de Buenos Aires


Ley :13879
Promulgación :DECRETO 2415/08 DEL 22/10/08
Publicación :DEL 6/11/08 BO Nº 26013

LEY 13879

EL SENADO Y CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS
AIRES SANCIONAN CON FUERZA DE LEY


ARTÍCULO 1.- Prohíbase en las dependencias oficiales de todo el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, la práctica del sacrificio de perros y gatos, como así también, todos los actos que impliquen malos tratos o crueldad, de acuerdo con lo establecido en la Ley Nacional Nº 14346.

ARTÍCULO 2.- Es objetivo de la presente Ley que los municipios y comunas de la Provincia logren alcanzar el equilibrio de la población de perros y gatos.

ARTÍCULO 3.- Establécese la práctica de la esterilización quirúrgica como único método para el control del crecimiento poblacional de perros y gatos, en todo el ámbito de la Provincia de Buenos Aires.

ARTÍCULO 4.- Declárase obligatorio en la Provincia el tratamiento antiparasitario de los perros y gatos, así como la aplicación de todos los métodos preventivos contra las zooantroponosis.

ARTÍCULO 5.- La Autoridad de Aplicación coordinará con los ejecutivos municipales la implementación y difusión masiva de las actividades a realizar para el cumplimiento de la presente.

ARTÍCULO 6.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.